Todo el sector de la nieve ultima su puesta en marcha en Aragón después de dieciocho meses de parón casi total.

 Las estaciones están preparando las pistas estos días mientras las empresas turísticas afrontan con optimismo una campaña que promete ser muy positiva si la pandemia lo permite. Es muy importe esta reactivación porque la nieve genera en la Comunidad más de 7.500 empleos temporales durante los cinco meses de la campaña. El esquí sigue siendo, pues, oro blanco tanto para los valles pirenaicos como para las sierras de Teruel. Por eso hay que extremar las precauciones sanitarias, adecuar las infraestructuras y mantener un alto nivel de calidad en un escenario de máxima competencia.

Los esquiadores están ya con muchas ganas de volver a deslizarse por las pistas aragonesas, que están entre las preferidas en España y el sur de Francia. Los remontes se quedaron parados en casi todas las estaciones en marzo de 2019 y ya no iniciaron la temporada 2020-2021. Solo Astún abrió sus instalaciones el invierno pasado en Aragón. Tras año y medio de cierre, el engranaje de las pistas se vuelve a poner en funcionamiento con la vista puesta en los próximos fines de semana con el objetivo de arrancar la campaña con una buena afluencia de deportistas y visitantes.

Los empresarios turísticos de los valles están afrontando con buenas expectativas los preparativos de una campaña que confían que sea propicia, si se consigue evitar restricciones. El turismo invernal es un sector fundamental para Aragón. Por ello, velar por su promoción y calidad ha de ser un reto prioritario para todos. La mejora constante de la oferta es la palanca que las administraciones y las empresas deben mover para reactivar un motor económico fundamental tanto para el empleo como para la fijación de población en el Pirineo y las zonas altas de Teruel.