Utrillas contra Goliat

En toda la frente. La honda alcanzó el único punto débil del gigante de 2,9 metros. De nada le sirvió protegerse con la armadura de 50 kilos ni esgrimir su espada de 6 kilos para tratar de frenar la puntería de David al lanzar la piedra mortal.

Dicen quienes han investigado sobre el recado de este relato bíblico que, en las grandes batallas de la historia, “solo” el 70% de los Goliat han ganado al enfrentarse a un David. O lo que es lo mismo, el modesto C. D. Utrillas, equipo de regional preferente, tiene un 30% de posibilidades de doblegar a su adversario de primera división, el Valencia C. F., en la competición por la Copa del Rey. Un porcentaje alto si se tiene en cuenta la desventaja con la que parte el equipo del pueblo minero que apenas llega a los 3.000 habitantes, frente al de una ciudad que ronda las 800.000 almas.

La historia ha demostrado en numerosas ocasiones que quien se fía de su superioridad acaba derrotado. También ha quedado probado que a veces los previsibles perdedores están mucho mejor preparados que los Goliat para la batalla. Porque, pensemos, ¿quién estaba en inferioridad de condiciones? ¿el pesado gigante filisteo que solo podía vencer en la distancia corta e incluso necesitaba un ayudante para llegar al terreno de pelea debido a la pesada carga que arrastraba? ¿O el ágil pastor que manejaba a la perfección un arma de largo alcance?

No hay enemigo pequeño ni filisteo imbatible, por muy gigante que parezca. Cuidado, Valencia, que el segundo gol de chilena que marcó el Utrillas para clasificarse parecía tirado con honda. Lástima que su autor, Adrián Hernández, enfermero de 21 años y autor de los dos tantos frente al Injerto, no pueda competir contra el equipo de Primera porque fue expulsado por celebrar efusivamente su gesta.