Ejercicios de imaginación

'Ejercicios de imaginación'
'Ejercicios de imaginación'
Pixabay

Tiene mi compañía la virtud admirable de poner en marcha su imaginación para convertir en historias las escenas de la vida que nos pasan por delante. 

Me impresiona descubrir cómo al contemplar una imagen diaria, cotidiana, es capaz de modelar una realidad paralela, subjetiva, sin asideros reales, pero con el sustento sólido que le ofrece el perfil de cada persona. Y en un alarde de ejercicio mágico, cincela las formas de lo que intuye que sustenta la personalidad de gentes extrañas.

Apenas recién conocidos, cuando me esforzaba por trabajar los cimientos de nuestro proyecto en común, pensaba que aquel ejercicio derivaba de relaciones y lazos estrechos; pero buena parte de sus descripciones se sostenían sobre la observación de una conducta, de una forma de vestir o de comportarse, de los valores que se derivaban de una manera de actuar.

Supongo que su interpretación, sostenida sobre argumentos entre psicológicos y sorprendentes, ofrecerá una fiabilidad más bien escueta. Porque al fin y al cabo no se nos ocurre profundizar en el juego de averiguar si la realidad se acomoda al perfil imaginario.

Pero no dejo de sorprenderme de esa capacidad de diseñar toda una personalidad novelada sustentada sobre los alfileres de una mirada efímera.

Muy de vez en cuando me contagia su treta. Y hace unos días me sorprendí parado en un semáforo, mirando sin disimulo a un matrimonio mayor –con bastante más de siglo y medio entre los dos a sus espaldas–, sujetos de la mano, cobijados en una marquesina, esperando al sol la llegada del autobús. Me animé a unir los puntos con los que mi fantasía dibujaba sus vidas. El hombre, con los ojos cerrados, se asía a la seguridad que le brindaba la mano amiga. La mujer cruzó su mirada con la mía, asombrada de mi asalto a ese instante de intimidad. Correspondió con un gesto amable al esbozo de mi entregada sonrisa.

El cambio de color me lanzó de nuevo a la jungla del asfalto. Guardo esa imagen de serenidad, de paz conjunta; la que atribuyo a una fidelidad que mi cabeza les confiere. Envidiada; y a la que también aspiro.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión