El Gobierno de Aragón avala la unión de estaciones de esquí para asegurar su financiación con fondos europeos. 

Se trata de un nuevo impulso a un proyecto que cuenta con numerosos apoyos políticos y sociales, dentro del consenso que existe en torno a la idea de que la nieve es un factor insustituible para el desarrollo de los valles de alta montaña.

 La potenciación de un sector estratégico para la economía de la Comunidad y para la lucha contra la despoblación no es incompatible con el respeto a la naturaleza

La DGA ha dado un paso decisivo para asegurar la financiación europea de la unión de estaciones, cuyo último coste se ha estimado en 49 millones de euros. La Dirección General de Turismo avaló el pasado martes este proyecto estratégico al concederle la máxima puntuación entre la veintena de propuestas aragonesas presentadas a la convocatoria extraordinaria de desarrollo de turismo sostenible, lanzada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. La misma suerte han corrido las otras dos actuaciones relacionadas con el sector de la nieve: la telecabina que unirá Benasque con la estación de Cerler y los accesos a Montanuy, incluidos en la ampliación del dominio esquiable por el valle de Castanesa.

La conexión de Formigal, Candanchú y Astún, siempre dentro del respeto a las normas medioambientales, se hace necesaria para que los centros invernales aragoneses puedan competir en condiciones equitativas con las estaciones emplazadas en Cataluña, Madrid y Andorra, que han seguido ejecutando mejoras en sus infraestructuras durante los últimos años. La nieve es una potente palanca de desarrollo de la que amplias zonas de Huesca y Teruel no pueden prescindir, so pena de verse aún más diezmadas por la despoblación rural. El turismo de nieve es, asimismo, un apartado muy relevante para la economía aragonesa en su conjunto.