Aprovechar los paréntesis

Los artistas urbanos han comenzado a trabajar en el Arrabal con el festival Asalto.
Los artistas urbanos han comenzado a trabajar en el Arrabal con el festival Asalto.
Guillermo Mestre

El aprendizaje en las sociedades primermundistas de la vida a la argentina, pauperizada, de crisis en crisis, incluye, junto al regodeo en el lamento, la disposición a exprimir los buenos momentos. Entre la pandemia en retroceso (no aún en la mayor parte del mundo) y la nueva quiebra de la economía globalizada que se viene, ahora por cuestiones de logística y escaseces varias, se abre un breve paréntesis que este fin de semana de tres días, por ejemplo, en Aragón, invita a disfrutar de una agenda cultural como las de antaño.

Es un fantasma del pasado en el que las salas de conciertos se desperezan por fin tras tantos meses de persianas bajadas y en el que cabe, y casi con toda normalidad, el regreso de un festival que ha distinguido como pocos a Zaragoza este siglo, Asalto. O el de uno de los mejores dedicados al cine en la comunidad, el de Fuentes. U otros como el Jazz al Margen o el de Teatro Iberoamericano para Niños en Arbolé. O las Jornadas de Canto Coral de Borja.

Está también la apertura en Villanueva de Gállego de un espacio donde se mostrará permanentemente la colección de obras de Pradilla que conserva su localidad natal, que complementa la muy atractiva exposición abierta en la Lonja. Y hay un Rubens de visita en el antiguo Camón Aznar. Por tener, hasta tenemos doble ración de las marcianadas que también están en el ADN local: en el Auditorio de Zaragoza se habla de extraterrestres en un congreso de Javier Sierra, y en el de la Universidad de Wingate, en Carolina del Norte, en Estados Unidos, estrenan una ópera sobre el eccehomo borjano.

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