En la economía de la escasez

El precio del transporte internacional de contenedores ha aumentado de manera brutal.
'En la economía de la escasez'
Oliver Duch

Estábamos acostumbrados, desde hace decenios, a que los problemas de la economía se produjesen por la relativamente escasa demanda de bienes y servicios. 

Las fábricas producían cantidades ingentes de mercancías, cada vez más, y enormes barcos cargados de contenedores las distribuían por todo el mundo en una cadena de suministro ajustada como un reloj. Pero la gente, o mucha gente, agobiada por el paro o asustada por las turbulencias financieras o atornillada por los bajos salarios y las condiciones precarias, compraba poco o sencillamente no podía comprar.

Hoy han cambiado las tornas. La gente, o mucha gente, quiere gastar, consumir más, pero los fabricantes de algunos productos no dan abasto. La producción no puede seguir el paso acelerado de la demanda. Entre paréntesis: lo que no impide que, en el caso de España, sigamos teniendo un paro elevado, salarios bajos y condiciones precarias, porque en cuestiones laborales España siempre ha sido original.

Los fabricantes de algunos productos no dan abasto para seguir el ritmo de
la demanda 

De momento, según qué modelo y color de coche quiera uno, tiene que esperar meses para conseguirlo. Y empiezan a escasear las bebidas de alta graduación, justo ahora que ya se puede trasnochar y bailar en las discotecas. Y parece ser que tampoco hay bicicletas. Y si el precio de la carne sigue subiendo, el vegetarianismo se va a imponer a la fuerza. Y de la luz, el gas y la gasolina, mejor no hablar. Los expertos nos dicen que esto es solo el comienzo. No saben cuánto durará esta economía de la escasez, pero lo que es seguro es que lo pagaremos caro.

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