Director de HERALDO DE ARAGÓN

Un partido roto

El congreso ha sacado a flote la profunda división interna del PAR.
El congreso ha sacado a flote la profunda división interna del PAR.
Krisis'21

La evidencia de que el PAR es un partido roto pudo comprobarse ayer mismo en la votación que debía elegir al presidente de la formación. 

La bronca, las dudas sobre la limpieza democrática del proceso y hasta las discusiones a voz en grito que pudieron escucharse corroboraron no solo una intensa división interna sino una ruptura de muy difícil reconstrucción. Este congreso, que ha arrancado con dudas sobre la limpieza de los procedimientos internos y que continuará en los tribunales, confirma a Arturo Aliaga por la mínima como presidente, pero sitúa al PAR en un escenario de enfrentamiento tan acusado que hace muy difícil que el tiempo que resta hasta las próximas elecciones municipales y autonómicas sea suficiente para su reconstrucción.

La deriva del PAR hacia su pérdida de relevancia política no es un proceso registrado en los últimos meses, los aragonesistas han ido desprendiéndose de su bagaje político desde hace varios años, pero Aliaga ha sido un factor de aceleración. La diferencia entre Arturo Aliaga y Elena Allué, en cualquier caso, era clara. Mientras el primero ha insistido a toda costa en ampliar su tiempo político, demostrando con las decisiones adoptadas dónde se encuentra el partido, la segunda poseía la oportunidad de buscar la unión de todos los sectores apoyándose en el beneficio de la duda.

Los votos mandan y las papeletas son sagradas, aunque coser al PAR será una misión prácticamente imposible para Aliaga. Este congreso se ha incorporado al relato político como el de la desunión y el de las visiones irreconciliables y pese a dejar a Aliaga como ganador por unos pocos votos no esconde su fragilidad como líder. Se puede ganar un congreso por veinte papeletas si se hace como alternativa al oficialismo, pero la victoria por los puntos desde la presidencia solo es sinónimo de múltiples complicaciones presentes y futuras que es más que seguro castigarán los votantes en las urnas.

Con la victoria en la mano, queda por saber ahora qué rumbo tomará el partido con Aliaga como renovado timonel y cuál será su reacción frente a los críticos, muchos de ellos colaboradores directos suyos en el Gobierno de Aragón. ¿Tiene sentido la integración de todos los sectores? ¿Mostrará Aliaga algún tipo de generosidad con los perdedores?

Si las últimas encuestas ya apuntaban hacia un retroceso en la intención de voto, el espectáculo vivido ayer solo concede alimento al deterioro. Aliaga, que por múltiples motivos ha descuidado el partido confirmando que no ha sabido leer cuáles son las necesidades y urgencias de la formación, rechazó todo pacto con los críticos que pasase por el abandono de la vicepresidencia del Gobierno regional. Es más que probable que si Allué hubiera acordado la salida de Aliaga de la presidencia del partido a cambio de que este continuase en el Ejecutivo ahora se estaría hablando de un relevo en el PAR, porque la clave para Aliaga, que aún no ha dejado claro si se presentará como cabeza de cartel a las próximas elecciones, siempre ha sido la de mantenerse en el Ejecutivo.

Respira Aliaga y también respira el PSOE, que sabe que no tendrá que abrir ninguna crisis de Gobierno pudiendo sostener la actual estructura del cuatripartito, pero nadie puede ignorar que la pieza de seguridad se encuentra lo suficientemente tocada como para comenzar a rehacer los cálculos políticos cara a las elecciones.

miturbe@heraldo.es

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