Difundir la excelencia
La ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias se ha convertido, un año más, en un privilegiado escenario para reconocer la excelencia y difundirla.
Los premiados son hombres y mujeres que destacan por su ejemplaridad y fecundidad creativa. Todos, desde la nadadora paralímpica aragonesa Teresa Perales al economista Amartya Sen, merecen este galardón que honra su actitud y su labor. Su innegable proyección potencia también el papel internacional en el plano cultural, en el económico y en el social de la Monarquía española y de su heredera. El Rey, interpretando el espíritu cospomolita de los premios y los premiados, ha pedido una «defensa firme, permanente, constante y consciente de los valores democráticos», que, como ha recordado, «no nos vienen dados»
Los reyes don Felipe y doña Letizia, junto a la Princesa de Asturias, Leonor, y la infanta Sofía, han presidido en Oviedo un acto solemne en el que, en plena compenetración con los esfuerzos de la sociedad por superar la pandemia, han distinguido también a los investigadores de las vacunas contra la covid. Unos premios con vocación de estimular a los mejores debían reconocer a los científicos cuyo extraordinario trabajo ha permitido acelerar el desarrollo de las inmunizaciones frente al coronavirus.
Los premiados que ha ido atesorando la Fundación Princesa de Asturias desde 1981, fecha de su primera ceremonia, contribuyen año a año a dotar de significado a esta cita y también a reconocer el acertado criterio de los sucesivos jurados, que en varias ocasiones se han adelantado a los Nobel. Aragón se ha visto representado en esta ocasión por una deportista con un acusado espíritu de superación y un brillante palmarés olímpico. Se suma así a otros cuatro aragoneses que han recibido el preciado galardón. Todos ellos, con su actitud ejemplar, llenan de orgullo a la Comunidad.
