Justo reconocimiento a Merkel
Pragmatismo, fiabilidad y perseverancia. Esas son las virtudes que el Rey ha destacado de Angela Merkel, tras hacerle entrega del premio Carlos V por su compromiso con la Europa unida. Felipe VI ha tributado así un merecido reconocimiento a la que ha sido una europeísta canciller durante 16 años y una de las personalidades internacionales más relevantes del siglo XXI. Con más luces que sombras, ha sabido gobernar en Alemania y también en la UE desplegando casi siempre políticas sensatas mediante la continua búsqueda del centro político. Es cierto que deja una Europa cargada de incertidumbres para afrontar los retos globales, pero también nos deja el ejemplo de su ética, que la ha convertido en faro para las democracias liberales acosadas por el nacionalpopulismo.
El monasterio extremeño de Yuste, donde se retiró y falleció el emperador Carlos I de España y V de Alemania a mediados del siglo XVI, ha sido el escenario de la entrega solemne del premio. El Rey ha reiterado la necesidad de que todos los países de la UE mantengan su respaldo al fortalecimiento del proyecto europeo, en el que «todo avance debe seguir basándose en la libertad, la igualdad, el respeto a la dignidad, los derechos humanos y el Estado de derecho». Merkel, por su parte, también se ha referido a los retos a los que se enfrenta el proyecto comunitario: «La paz hay que protegerla y defenderla, no tenemos la garantía de tener libertad y paz de forma duradera». Estos mensajes tienen que tener su eco en un momento de redefinición geopolítica del escenario internacional.
Acierta España al agradecer a la canciller su labor europeísta, que casi siempre ha beneficiado a nuestro país. El Viejo Continente no anda en estos momentos sobrado de líderes con personalidad, capaces de tomar decisiones de calado y de erigirse en líderes morales en momentos de crisis.
