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Cartas al director de HERALDO: La quinta torre del Pilar

La Virgen, con un manto de papel donado por el Grupo Zaragozano de Papiroflexia.
'La quinta torre del Pilar'
Oliver Duch

La quinta torre del Pilar

Creo que es un caso único en el mundo que una Virgen tenga más de 600 mantos donados por personas, familias, entidades, etc.

 Si se pusieran todos los mantos que tiene la Virgen del Pilar uno encima de otro, sería una torre tan alta como las cuatro que tiene la basílica. Ese derroche de amor, de cariño, de agradecimiento, de cercanía, de popularidad, de acción de gracias, de presencia íntima, de identidad aragonesa e hispana, etc., formaría una torre, no hecha de piedras y ladrillos, sino de tisú de oro y plata, de terciopelo, de raso, de algodón, de otomán, de brocado, de seda, de lino, de cuero, de lagartera, de punto de cruz, de frivolité, de encaje de bolillos, hasta de papel tiene un manto del Museo Origami de Zaragoza. Son tantos los que han querido vestir a nuestra Pilarica que podríamos organizarlos por temas: los mantos denominados joya por su antigüedad y belleza; de congregaciones religiosas; de asociaciones civiles; capotes de torero; cofradías de Semana Santa; casas regionales; militares; de profesiones; de grupos de jotas; de asociaciones religiosas; del deporte; de la Hispanidad. Muchos tiene sobre su Venida en carne mortal a Zaragoza, también de colegios y universidades; hasta del ‘Heraldo de Aragón’, pero los más numerosos son los de las familias particulares de pueblos y ciudades de toda España. Los devotos de la Virgen del Pilar nos preguntamos por qué siguen guardados y no se los empiezan a poner después de más de año y medio sin ellos. Queremos vérselos puestos; son todos regalos de amor a la Virgen, prendas que albergan en muchos casos en el reverso nombres de personas y familias. Entre todos se ha formado una torre de amor. Hay una jota que reza: "La Virgen del Pilar dice, / que quiere lucir sus mantos, / que hace siglos que los lleva, / y el pueblo los está esperando".

Conchita Navarro Serred CALANDA

Huelgas y municipalización

Salimos de una y nos metemos en otra. Los ciudadanos en general, y los que dependen de tranvías y autobuses para acudir a sus lugares de trabajo, lo tenemos cada vez más complicado. Como de costumbre, las partes litigantes esgrimen los acostumbrados motivos del paro: nuevos convenios, mejoras en las jornadas laborales… es decir, lo de siempre. Entre las pancartas reivindicativas que se han exhibido me ha llamado la atención una con la palabra "municipalización", que, en mi opinión, es la causa latente y real de tanta huelga y que los huelguistas tratan de que no sea la única, para disimular. Yo recuerdo la etapa no muy lejana en la que en el Ayuntamiento de Zaragoza, con el alcalde Santisteve, el concejal Cubero, del Partido Comunista, abogaba por la municipalización de bastantes servicios públicos, entre ellos el transporte; aquello quedó como sedimento aprovechable y los empleados de tranvías y autobuses pretenden, disimuladamente, convertirse en empleados públicos y con un puesto de trabajo fijo y seguro. Así, cualquiera.

José Ignacio del Diego Lajusticia. Zaragoza

Educar contra la violencia de género

Las denuncias por violencia de género han aumentado en Aragón en este año 2021. Las restricciones de la pandemia provocan que los maltratadores sean más virulentos. Lo pagan sus parejas, exparejas y los niños. Son ya muchos los casos en que los hijos se han quedado sin su madre o que han presenciado escenas de violencia traumáticas y difíciles de superar y olvidar. Las mujeres a veces no denuncian por miedo o porque no tienen independencia económica. Incluso a veces, para que sus hijos tengan a sus dos progenitores juntos. La violencia de género es una importante lacra en nuestra sociedad y todos deberíamos luchar contra ella, cada cual desde donde pueda y le competa. Educando a los niños desde su más temprana edad en la igualdad y el respeto por sí mismos y los demás. Juntos podemos combatirla.

Carmen García Morán. Zaragoza

Zavalita y Vargas Llosa

"¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?". Así comienza la extraordinaria novela de Mario Vargas Llosa que leí en los primeros años setenta. No hay duda de que con sus otras novelas, ‘La fiesta del Chivo’, ‘La guerra del fin del mundo’ y cualquiera otra o el conjunto de todas ellas, le hicieron digno merecedor al Premio Nobel. Pero… la vida pasa inexorable incluso para los Nobel y habría que preguntarle al Zavalita de los años sesenta, verdadero trasunto del periodista local Vargas Llosa, ¿cuándo se jodió Mario, Zavalita? Porque ha soltado una ‘boutade’ impensable, chorrada en Aragón, sobre las elecciones libres y las elecciones buenas. En fin, la niebla mental propia de la edad o un momento de bajonazo intelectual; porque ya es mucha evolución de su izquierdismo inicial al liberalismo caritativo de su mediana edad hasta su neoliberalismo desnortado de ahora. Cosas de la edad, diríamos.

José Soler Martínez. Zaragoza

Un invento de la ministra Díaz

Nos va a faltar papel y tiempo de emisión en los espacios audiovisuales para escribir lo que neciamente nos van imponiendo el lenguaje inclusivo o inventos tan sorprendentes como el de la señora ministra Yolanda Díaz de llamar ‘señoro’ a Vargas Llosa. Se nos va a poner cara patética cuando hablemos de una manera tan inclusiva y cada vez con mas neologismos absurdos y fuera de contexto. Usar el lenguaje para vehiculizar nuestra intolerancia a la cultura (la eficaz, la buena) en el lenguaje político-predicador es caer en el ridículo, por más que ciertas esferas feministas se empeñen en negar. No quiero valorar la comparación que hace la Sra. Díaz del voto de una mujer trabajadora con el de un premio Nobel. No sabe la cantidad de mujeres trabajadoras y de premios nobeles que hay, tan diferentes todos entre sí. ¿Cómo se atreve a diferenciarlos o igualarlos?

Mariano Ara Báguena. Zaragoza

Y así nos va

Las sesiones de control al Gobierno en el Congreso vienen siendo de control a la oposición. Sánchez aplica, sistemáticamente, su ya tradicional ‘no es no’. Ante tres cuestiones importantes: la entrada de Gali en España, las previsiones económicas del INE y la impunidad del prófugo Puigdemont, no contestó a ninguna; es más, se lamentó de que la oposición se le oponga. A la Abogacía del Estado también le aplica el ‘no es no’ al impedirle velar por los intereses generales convirtiéndola en su abogacía privada. No se olvida de la judicatura, se lo aplica al juez Llarena y a la UE, que le insta a despolitizar los nombramientos del CGPJ. Este ‘no es no’ resulta insólito en un presidente, pero es real como la vida misma.

Joaquín Mañeru López. Zaragoza

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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