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Cartas al director de HERALDO: En Ordesa, por la senda de los Cazadores

Parque Nacional del Ordesa y Monte Perdido
'En Ordesa, por la senda de los Cazadores' 
Laura Uranga

En Ordesa, por la senda de los Cazadores

Con las primeras luces del alba llegamos al valle de Ordesa y sin demora nos adentramos por un puente para iniciar la ascensión por la senda de los Cazadores, zona dura y empinada, no idónea para desentumecer los músculos. 

La senda zigzaguea hacia arriba y después de un buen rato los primeros rayos de sol empiezan a iluminar el bosque y nos van avisando de que estamos llegando arriba, desde donde contemplamos este valle glaciar en forma de u flanqueado por paredes verticales con sendas abiertas como la Faja de las Flores, que se encuentra enfrente, y por encima los imponentes vigías controlando todos los movimientos, como el Taillón (3.146 m), la Brecha, el Casco (3.012 m), el Perdido (3.352 m), el Cilindro (3.328 m ). Llenos de sensaciones visuales, vamos caminando placenteramente por la Faja de Pelay, entre frondosos bosques. Gratificante resulta contemplar, a raíz de las últimas lluvias, las primeras setas. La tentación está ahí, pero nos refrenamos, ya que Ordesa es Patrimonio de la Humanidad. El resto de la fauna ya se despereza y observamos algún quebrantahuesos y buitres, vemos algún sarrio, pero no corzos ni jabalíes. Más adelante observamos cómo el río Arazas ha dado lugar a la Cola del Caballo, imponente, resplandeciente, estrecha en su inicio, pero luego se expande como un manto blanco. El río discurre formando diversas cascadas escalonadas y se entrega y abraza en el río Ara, que baja del valle de Bujaruelo. Todo está cuajado de flores multicolores por donde las marmotas corretean, dando los últimos bocados, y van preparándose para el largo letargo invernal. En la parte final y siguiendo la orilla del río, recibimos el abrazo de despedida, profundo e interminable, de la vegetación que domina esta zona, abedules, sauces y fresnos. Hasta pronto, Ordesa.

Mariano Aguas Jáuregui. Zaragoza

La torre mudéjar de Villanueva de Jalón

Como dijo el poeta, cualquier necio confunde valor y precio. Hoy volví a pasar bajo la torre mudéjar de Villanueva de Jalón y a sentir como si fuese un espectáculo de los que abundan hoy día, a esperar el final de un deterioro galopante de una pequeña y olvidada maravilla rellenando esa triste escombrera del núcleo abandonado. Luchar por su conservación desde hace años y ver, sentir y padecer ese muro inmenso que es la política sin sentido, la indiferencia ante la conservación de un rico patrimonio o acaso, y mucho peor, que todo el mundo esté de acuerdo y nadie haga nada por salvarla, duele por todo lo que representan el arte, la cultura, el patrimonio en esta tierra convertido en moneda de cambio político. Argumentar políticamente que hay mucho patrimonio y demasiadas dificultades para salvarlo es no buscar soluciones posibles y esperar que otras instituciones se preocupen del problema. Mientras, la torre de Villanueva de Jalón se está cayendo y quienes hemos visto perderse tanto patrimonio nos sentimos huérfanos de tanta belleza perdida por culpa de tanta irresponsabilidad política y de políticos que desconocen una riqueza cultural por la que dicen que están luchando. Hablar de un patrimonio amparado por la Unesco debería ser suficiente para que la vergüenza de un cargo político pusiese solución, pero si hablamos de cultura y concejales de pueblo, consejeros de comarcas, diputados de diputaciones provinciales, diputados de Cortes de Aragón, ministros de Cultura y, además, de Europa, que mira con buenos ojos el tema, y no es posible hallar un remedio, es para pensar qué sentido tiene una sociedad que no defiende su pasado. Pensar que con retejar unos pocos metros cuadrados de esta pequeña torre sería más que suficiente por varios años para evitar males mayores, da muestra del interés real de una acción política que desconoce a un rico patrimonio de esta tierra camino del vaciamiento humano y cultural. Nos hemos ofrecido para solucionar el problema con profesionales del ramo, vigilados por expertos, y tampoco. Así es esta tierra, se hace propaganda de una cultura y se olvida que para que esté viva hay que alimentarla. Triste, muy triste, que para defender a una torre mudéjar, haya que ir renovando una pancarta con un SOS de la que casi nadie hace caso. Decía otro poeta, "que varios tragos es la vida y un solo trago la muerte", el que le queda a la torre mudéjar de Villanueva de Jalón. O pronto, ‘in memoriam’.

Antonio Maestro Gil. MORATA DE JALÓN (Zaragoza)

Colisión de derechos

La Consejería de Salud del Gobierno de Aragón contempla seriamente la idea de imponer la presentación del pasaporte covid para acceder a gimnasios, establecimientos de ocio nocturno, bibliotecas y conciertos. Medida muy controvertida en cuanto a su afectación a los derechos fundamentales de los ciudadanos. El quid se halla en la colisión entre varios derechos ubicados en la Sección I del Capítulo II del Título primero de nuestra Constitución, considerados fundamentales: el resonado principio de igualdad formal (art. 14), el derecho a la intimidad personal (art. 18.1) y el derecho a la protección de datos (art. 18.4), en choque con el derecho a la vida o integridad física (art. 15). Además de colisionar también con un principio rector de la política social, como es la protección de la salud pública (art. 43). Parece que el Tribunal Supremo ha considerado idóneo, proporcional y necesario sacrificar ciertos derechos para proteger la salud pública y personal. Sin embargo, a mi juicio, el fin subrepticio de los gobiernos autonómicos no es otro que conseguir que aquellos comúnmente conocidos como ‘rezagados’, en la vacunación, se hagan con uno de estos pasaportes. Qué fracaso social tener que forzar a aquellos que todo lo niegan y qué ganas de otorgar más poder si cabe a los porteros de discoteca. Ojalá tuviéramos una sociedad dirigiéndose hacia un mismo sentido. Entonces evitaremos que se limiten nuestros derechos.

Ramón Guerri Puyuelo. Zaragoza

Libertad y autodominio

Identificar lo libre con lo espontáneo no es correcto, justamente es negar la espontaneidad es el dominio de la voluntad y la razón, pues si nos dejamos llevar por lo espontáneo a veces mentiríamos, insultaríamos, rehusaríamos el esfuerzo y el sacrificio; solo somos libres cuando en nuestra actuación interponemos un juicio de valor y decidimos en consecuencia. Lo espontáneo es la búsqueda del placer sensible, pero se nos advierte que "el que persigue el placer pospone a él todas las cosas y lo primero que descuida es su libertad" (Séneca). El hombre, cuando tiene hambre, puede esperar a que llegue la familia o acabe un trabajo según lo vea conveniente. Sócrates consideraba el autodominio como la manifestación más elevada de la excelencia humana. Es libre quien lucha por dominar sus instintos y es esclavo quien es dominado por ellos.

Conchita del Moral Herránz. BARBASTRO (Huesca)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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