Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Pablo Casado y la duda del ansioso

Pablo Casado, este domingo en la plaza de toros de Valencia.
Pablo Casado, este domingo en la plaza de toros de Valencia.
EP

Una democracia moderna solo puede ser gobernada de forma cabal desde el centro, sea ligeramente escorado a la izquierda o a la derecha. Las elecciones en Alemania lo acaban de confirmar de nuevo. Pablo Casado cree que el PP puede lograrlo en España, sobre todo porque el otro gran partido moderado, el PSOE, ha abandonado la centralidad por su alianza con la extrema izquierda de Podemos y con partidos independentistas o nacionalistas.

Con ese objetivo opta ahora por ganar espacio electoral intentando conquistar a los votantes de Vox, pero con los mismos planteamientos de Vox (oposición al diálogo con la izquierda, inmigración, memoria histórica, terrorismo, feminismo…). Por eso ayer pronunció uno de los discursos más duros como presidente del PP.

La otra opción era ganar credibilidad pactando con los socialistas grandes cuestiones de Estado: distribución de los fondos europeos, reformas estructurales (actualización constitucional, pensiones, financiación autonómica, juventud…) y renovación de las instituciones. Sin abdicar de sus principios, pero demostrando que el PP es un partido moderado, pactista y útil para el ciudadano.

Con la opción colaborativa correría el peligro de que Abascal le ganase algunos votos por el extremo derecho. Con la alternativa de mayor dureza se arriesga a no tener tiempo de volver a la ansiada centralidad antes de llegar a las urnas. La disyuntiva puede ser definitiva para él, porque es difícil que Ayuso y los demás barones le den otra oportunidad si pierde esta.

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