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  • EDITORIAL

Respaldo a la Universidad

Un momento de la ceremonia de apertura de curso del Campus Iberus en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
Un momento de la ceremonia de apertura de curso del Campus Iberus en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
José Miguel Marco

La inauguración oficial del curso llegó ayer con una buena noticia para la Universidad de Zaragoza: el nuevo contrato-programa firmado con el Gobierno de Aragón supondrá un sustancial incremento de la financiación que recibe de las arcas autonómicas

La principal institución académica realiza una contribución fundamental, a través de su labor docente e investigadora, al progreso y al bienestar de la sociedad. Un empeño en el que tiene que buscar la mejora continua de sus resultados.

El nuevo acuerdo de financiación firmado por el rector Mayoral y la consejera Díaz, y que aún tiene que ser ratificado, prevé que el erario autonómico aporte a la Universidad pública casi 1.100 millones de euros en los próximos cinco años, lo que supone un incremento del 30% respecto al contrato-programa anterior. La Universidad de Zaragoza, como muchas otras en nuestro país, ha padecido una crónica falta de recursos económicos, agravada por las secuelas de la crisis de 2008. Ahora recibirá un impulso importante, que incluye además el compromiso del Gobierno aragonés de mantener un plan de infraestructuras dotado con 60 millones de euros. Es obligado que la sociedad aragonesa sea generosa con su principal institución académica, puesto que vivimos ya inmersos en una realidad en la que la ciencia, la investigación, la formación y, en definitiva, el conocimiento se han convertido en factores decisivos para el progreso, la prosperidad y el bienestar. Como es así mismo obligado que la Universidad corresponda al esfuerzo de la sociedad -de los contribuyentes- mejorando cada día la calidad de su trabajo, y esforzándose por transferir al tejido económico los resultados. El curso académico comienza todavía, a causa de la pandemia, marcado por algunas limitaciones, que hay que confiar en que vayan quedando atrás para que la Universidad de Zaragoza pueda entregarse a su labor a pleno rendimiento.

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