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Cartas al director de HERALDO: El despropósito de la huelga del tranvía

Segundo día de huelga del bus y del tranvía
'El despropósito de la huelga del tranvía'
Francisco Jimenez

El despropósito de la huelga del tranvía

Es el segundo año consecutivo que los trabajadores del tranvía deciden hacer huelga, desde el mismísimo día en que empieza el colegio, en las horas de entrada y salida.

Señores, ¿qué mal les han hecho los miles de niños y niñas que llenos de ilusión van todos los días a clase en transporte público? ¡Qué mala baba tienen y qué malas son estas pobres criaturas!, ¿verdad? Que tienen que sufrir la ira (huelga, dicen) de los conductores del tranvía, viéndose obligados a ir como sardinas en lata (recordemos que todavía hay coronavirus al acecho) o teniendo que madrugar veinte minutos más para no llegar tarde al colegio o incluso a esperar diez minutos, no poder entrar en el tranvía porque no cabe ni un alfiler y ver que el siguiente tarde trece minutos en llegar.

Para más inri, hay que escuchar la megafonía diciendo que "usen el tranvía con responsabilidad". ¡¿En serio?! ¿Responsabilidad nos piden a los ciudadanos, cuando los aforos se los pasa la empresa del tranvía por el forro? Eso sí, el sábado a media tarde bien que sacan los tranvías dobles, mientras en cocheras esperan pacientes cuatro o cinco vagones todos los días laborables entre las 8.30 y las 9 de la mañana.

Y huelga, ¿por qué? ¿Qué es eso que piden? Porque desde el año pasado aún no he visto a ningún trabajador o trabajadora en ninguna parada del tranvía en su tiempo de huelga explicándole a la ciudadanía qué es lo que quieren. Tampoco he visto a ningún inspector del tranvía en el horario de huelga y todos sabemos por qué, porque nos los comeríamos a quejas. Ni tampoco veremos en las paradas a ningún concejal del Ayuntamiento ni al señor alcalde, porque ellos van en coche y no se juntan con la plebe, no sea que se les pegue algún virus. En restaurantes, bares, cines y demás locales la Policía se encarga de que se cumplan los aforos, pero parece que el tranvía es un vacío al que no se pueden acercar a dar un tirón de orejas. Y mientras, todos callados y a aguantar este despropósito.

Alicia Gracia. ZARAGOZA

Humanismo y cortesía social en dos institutos

La buena praxis, lo que Aristóteles llama ‘eupraxia’, es condición ‘sine qua non’ para que un colectivo humano permanezca. Humanismo y cortesía social, aquello de lo que hoy nuestra sociedad carece, y como la misericordia con el lobo es crueldad con el cordero, señalaremos a las ideologías absurdas que están siendo presentadas como verdad única, a la tecnología, de la cual más que uso se está haciendo abuso, amén de ser excelente instrumento del totalitario, quien en el esquema hegeliano no admite la contradicción (antítesis). Otro elemento es el tiempo, que devora imperios y todo lo cambia, "no se pasa el mismo río dos veces" (Heráclito). La persona deja como herencia un cementerio de sus sueños y esperanzas en el lodazal de su frustración vital, por eso a veces la labor del historiador es maquillar un monstruo. La pócima de Fierabrás se llama educación, si Aragón hogaño no es un erial se debe a que sus centros educativos, comenzando por sus directores y con ellos todo su ‘staff’ son fieles cumplidores de la ‘eupraxia’ y no se han contagiado de la degradación ético-moral que está invadiendo la sociedad (mundial). Por el reciente trato con ellos tenido, felicito a la dirección del IES Miguel Catalán y a su secretario, y a la dirección del IES Virgen del Pilar y a su secretario, por su ‘eupraxia’, humanismo y cortesía social. Sra. Ministra de Educación, he juzgado oportuno hacerla conocedora de estos hechos, pues no se puede obrar bien si antes no se piensa bien. Hay que quitarse las gafas de colores de la ideología, y evitar que los árboles (los grandes problemas de su Ministerio) no le dejen ver el bosque, y estas pequeñas historias sean vistas como anecdotario y pasen desapercibidas, cuando son la base que mantiene enhiesta la estructura de su edificio. No olvide que la claridad es la cortesía del filósofo.

Isidoro Berdié Bueno. ZARAGOZA

Juegos Paralímpicos y televisión

Muy triste. Estoy triste, enfadada, malhumorada... no sé. Telediario de las 15 horas en TVE-1, la televisión de todos. Como primera noticia en la sección de deportes, que Messi ha entrenado con el PSG y ha jugado con Neymar. Como segunda noticia, cómo han quedado los partidos jugados el día anterior y la clasificación. Tercera noticia, por fin hablan de los Juegos Paralímpicos con el logro de la 24ª medalla de plata conseguida por la nadadora aragonesa Teresa Perales.

Sí, efectivamente, me tira el ser zaragozana, pero dar en tercer lugar la noticia de unos Juegos Paralímpicos cuando de los Juegos no paralímpicos había información completísima en los telediarios y primeras páginas de los diarios, me parece una falta de respeto. Como si no lo mereciesen igual que los otros participantes.

Rebeca López Bretón. ZARAGOZA

Nadie es perfecto

Nadie es perfecto. Además de ser la frase final de una famosa película, creo que es una verdad incuestionable. Yo no soy perfecta. Quiero decir que todos en algún momento y por diversos motivos hacemos o dejamos de hacer lo que sería más indicado. Así como la palabra gracias, según mi opinión, parece más extendida, creo que la palabra ‘perdón’ no se dice lo suficiente. Te quitan el sitio para aparcar cuando estás iniciando la maniobra con el coche, te dan un empujón cuando van corriendo o subidos a un patinete, se equivocan al devolverte los cambios en una compra, muchas veces siendo tú la perjudicada, te dan un plantón... Son cosas que suceden a veces, pero si pides perdón, ¿quién no perdona? Y hace que te sientas mucho mejor. Perdonen si no están de acuerdo.

Pilar Cavero García-Rivero. ZARAGOZA

Lo maravilloso de vivir en Utebo

La alcaldesa de Utebo habló en la radio de lo maravilloso que es el pueblo. Tengo que limpiar a diario los orines en mi fachada, quitar cigarros, puros, latas y lo que se tercie de mi buzón, aguantar perros ladrando mañana tarde y noche, críos y no tan críos pegando voces en la calle y balonazos por mi fachada, puertas y ventanas. Coches aparcados en doble fila, en pasos de peatones, en vados permanentes, pasando impunemente por una calle peatonal. Sentarse en los bancos con la música bien alta y no servir de nada quejarte o acudir a plenos, porque no se soluciona el problema. Pero Utebo es maravilloso. ¿Maravilloso... para quién? ¿Para quien no vive aquí o para quien hace todas estas cosas impunemente? ¡Bravo, señora alcaldesa! 

Silvia Ibáñez. UTEBO (ZARAGOZA)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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