El reto de los fondos europeos
Los Fondos ‘Next Generation’, cuya primera partida ya ha llegado a España, abren el camino para lo que el Gobierno y los agentes sociales quieren que sea un nuevo ‘milagro económico’.
Lo cierto es que España se enfrenta al reto de ejecutar una inversión histórica para salir de la pandemia con un nuevo modelo económico y social. Para que el plan se muestre realmente certero en este gran objetivo de modernizar el sistema productivo, los proyectos concretos deben pasar ante todo el filtro de su contribución a una economía más competitiva. Hay que tener en cuenta los objetivos de cohesión social y territorial, y en general los sociales, pero la prioridad debe ser la activación de una política industrial de vanguardia.
El Gobierno aprobó en abril el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en coincidencia con los de Italia, Francia y Alemania, los otros grandes países de la UE. Ese plan, que ya está en marcha, aspira a absorber 70.000 millones de euros en subsidios del programa ‘Next Generation EU’, que podrían duplicarse en préstamos que tiene preasignados: deberá solicitarlos cuando la cuantía dispuesta se revele insuficiente y su encaje se demuestre viable. En su elaboración ha faltado colaboración entre el Ejecutivo y la oposición, pero debería corregirse esta carencia en su ejecución.
Los partidos constitucionalistas tienen la responsabilidad de ir de la mano en un proceso que tiene que generar la mayor actualización del modelo económico español del primer cuarto del siglo XXI. Junto al Gobierno y la oposición, las administraciones y los consejos asesores, con participación de la sociedad civil, deben ser las cuatro patas sobre las que asiente la necesaria complicidad público-privada. Es fundamental también el control de la ejecución de los proyectos. El reto es muy relevante, pero los resultados deberían marcar positivamente a toda una generación de ciudadanos.
