Por
  • Ángel Gracia

Lafoz Rabaza

La riqueza histórica y arquitectónica de Cantavieja se refleja en su plaza, que destaca por sus arcos y su iglesia parroquial del siglo XVIII. Presidiendo este bello lugar se encuentra el ayuntamiento de la localidad.
Cantavieja.
Laura Uranga

Conocí a Herminio Lafoz Rabaza en el instituto Avempace. 

Eran los años 80, los tiempos del bachillerato reformado, por el que había apostado un grupo de docentes valientes, comprometidos y apasionados que creían en el cambio en la educación. Como Herminio. Con él descubrimos que la historia es mucho más que memorizar nombres de reyes y fechas de guerras. La historia tiene que tratar de la vida de las gentes. De sus formas de sobrevivir. De sus ideas y creencias. De sus relaciones con el poder. Herminio se ha jubilado como catedrático de instituto, pero sigue siendo un investigador infatigable y meticuloso. Es autor de más de treinta libros. El último es ‘Nunca fue fácil vivir aquí. Cantavieja en la historia’, publicado por Comuniter, editorial que, chino chano, cuenta con doscientos sesenta libros en su catálogo gracias al entusiasmo y el mecenazgo de Manuel Baile, su director.

La idea de escribir la historia de Cantavieja, el pueblo de su madre, ha acompañado siempre a Herminio. En el Archivo Histórico Nacional trabajó en la documentación medieval de la villa y durante décadas ha continuado el estudio y la recopilación de datos. Por fin ahora concluye su trabajo, con aportaciones familiares de su abuelo, y la combina con el de otros investigadores. Dice que no es el libro definitivo sobre Cantavieja, que es solo un instrumento para el siguiente autor. Herminio es un historiador imprescindible de nuestras tierras aragonesas. Riguroso y humilde. Enhorabuena, cantaviejanos.

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