Aragón afronta hoy el inicio del curso escolar con más seguridades que el año pasado. La paulatina extensión de la inmunización gracias a las vacunas ha permitido diseñar escenarios más flexibles para la convivencia. A partir de una experiencia positiva en el pasado curso, en el que los colegios supieron mantenerse abiertos con eficaces protocolos para evitar los contagios y con el refuerzo de cientos de profesores, este arranca con presencialidad en todas las etapas educativas. En el balance del comienzo del año escolar hay que anotar también aspectos a mejorar como el que aún existan dudas sobre cómo actuar en el caso de positivos y como el retraso de determinadas infraestructuras y contrataciones. Después de dieciocho meses de pandemia no tiene ninguna lógica que el protocolo sanitario se enviase ayer a  los centros educativos. 

La reina Letizia presidirá hoy la apertura del curso escolar en el colegio Odón de Buen de la localidad zaragozana de Zuera. Por segundo año consecutivo, Aragón, como el resto de las autonomías españolas, tiene que apuntarse el éxito de abrir las aulas a los alumnos de todas las edades a pesar de la pandemia del coronavirus. Todo un logro por el que cabe felicitar a las administraciones implicadas, a los centros educativos y a los estudiantes, que soportan las restricciones con admirable capacidad de adaptación. Hay que tener presente que el cierre de los colegios e institutos tendría nefastas consecuencias para el conjunto de la sociedad ya que la escuela es un espacio de conocimiento y sociabilidad, pero también un engranaje básico para que la vida cotidiana funcione a todos los niveles.

Los alumnos seguirán llevando mascarilla y se mantienen la mayoría de las medidas anticovid, desde la distancia de seguridad a la ventilación constante. No obstante, las incógnitas sobre cómo actuar en caso de hipotéticas infecciones, de síntomas leves y de confinamiento en el hogar siguen estando presentes tanto entre el profesorado como entre las familias.