El monólogo de Sánchez
El presidente del Gobierno anunció ayer la inminente subida del salario mínimo sin acuerdo previo con empresarios y sindicatos, en un momento en el que la recuperación económica todavía está en ciernes y cuando muchas empresas luchan por sobrevivir a los efectos de la pandemia.
Lo hizo además dentro de un monólogo triunfalista, ante un auditorio reducido, en el que pasó por alto la mayoría de las muchas dificultades a las que se enfrenta España
Pedro Sánchez inauguró ayer el curso político con un acto que tenía más de propaganda que de rendición de cuentas o de presentación de propuestas a la opinión pública. El formato de la conferencia ante un auditorio seleccionado le resulta cómodo al presidente, pues le permite eludir las preguntas propias de una rueda de prensa o el encuentro dialéctico que conlleva un debate parlamentario. Sánchez presentó una visión parcial y excesivamente optimista tanto de la situación de España como de su acción de gobierno y ofreció como principal titular el anuncio de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). El problema es que plantea esta medida como una decisión unilateral del Ejecutivo, sin haber llegado previamente a un acuerdo a través del diálogo social. El efecto es que los sindicatos ya han mostrado su rechazo a la escasa cuantía del aumento, mientras que los empresarios han expresado el temor de que pueda repercutir negativamente en el empleo. La recuperación económica, a la que Sánchez fía la estabilidad de su Gobierno, todavía está iniciándose y la prioridad en este momento debería ser asegurar el máximo de creación de puestos de trabajo. Por otro lado, el presidente no ofreció soluciones para un problema económico verdaderamente acuciante, como la escalada de los precios de la electricidad, que compromete tanto el bienestar de los hogares como el funcionamiento de muchas empresas.
