Messi y el periodista

Messi.
Messi.
Sarah Meyssonnier / reuters

La cita que el ‘youtuber’ Ibai Llanos le hizo a Messi el día de su presentación con el PSG montó un lío monumental entre periodistas y lectores. 

Alguno se enfadó porque el jugador decidió darle la entrevista soñada a Ibai, y muchos ciudadanos veían en esa actitud del argentino una constatación de que el periodismo tradicional estaba muerto y que el futuro eran estos chavales. Lo cierto es que la decisión de Messi tiene un valor especial por haber logrado convencer de que aquello era una entrevista, lo que le ha encumbrado a personaje afín a romper las barreras del ‘establishment’ periodístico deportivo. De hecho, me sorprendió cómo compañeros de la profesión titularon las noticias de aquel encuentro como ‘entrevista’. Yo me puse el vídeo y de verdad que no la vi por ningún lado. Lo que vi fueron unos minutos de entretenimiento donde solo se oía al entrevistador, que era un manojo de nervios por no creerse la situación. A partir de ahí, titubeos de fan, preguntas amables para romper el silencio y una camiseta firmada. Así que me quedé pensando si ese es el nuevo periodismo; si somos los propios periodistas los que llamanos entrevista a cualquier cosa; o si el río de juicios de las redes sociales es ya un caudal imparable donde hemos perdido la habilidad para agarrarnos a una cuerda y esperar a ver cuánta agua hay en realidad.

El hecho de que haya periodistas que se ofendan de que una figura mediática prefiera estos canales ya es tremendo; aunque más peligroso me parece que nadie distinga una entrevista de un encuentro. O lo que es peor, que la revancha contra ciertas actitudes corporativistas del periodismo le importe más a la ciudadanía que haber perdido la oportunidad de disfrutar de una buena entrevista en un momento clave en la historia del fútbol contemporáneo.

Lo que parece claro es que los periodistas no podemos caer en ver competencia a lo que no lo es porque esa confusión acaba poniendo etiquetas de géneros periodísticos (‘entrevista’ en este caso) a cosas que no tienen nada que ver y que, por cierto, pueden convivir perfectamente con el buen hacer del oficio. El gran ganador de ese encuentro fue Messi, retratado como accesible en una intervención que no le comprometía, pero eso él ya lo sabía desde el principio; lo contrario se llama periodismo.

@juanmaefe

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