Vacunar al resto del mundo

Vacunación en la India.
'Vacunar al resto del mundo'
EFE

La vacunación va bien en Europa, España incluida, en Estados Unidos y en algunos otros países. 

Pero en el conjunto del mundo, va mal, demasiado lenta. Apenas el 15% de la población mundial está vacunada. En algunos países de Extremo Oriente, como han conseguido controlar bien la propagación del virus, no sienten la urgencia de inmunizar con rapidez a sus ciudadanos. Pero en muchos otros lugares, en Iberoamérica, en África, en la India y en el Sureste Asiático, el problema no es de falta de voluntad sino de incapacidad. Ni tienen vacunas suficientes ni los medios para distribuirlas y administrarlas con celeridad.

A medida que en los países más desarrollados llegamos a tasas altas de inmunizados, tenemos ya que dar a la vacunación del resto del mundo la prioridad que merece. No solo por sentido humanitario, que sería lo primero, sino también por propio interés. Hasta que la pandemia no amaine en todo el mundo la economía global no podrá reactivarse plenamente. Y mientras el virus circule con facilidad en algún rincón, podrán surgir mutaciones peligrosas. Va en interés de todos conseguir que todos dispongan de la vacuna.

Las donaciones que se han anunciado hasta ahora, como los 500 millones de dosis de Pfizer comprometidos por Biden o el reciclaje de las de Astra Zeneca que ya no queremos en España, son demasiado escasas. La Unión Europea y Estados Unidos tienen que ponerse las pilas y coordinarse para ayudar a los países en desarrollo a vacunar a su gente.

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