Biblioteca Sumergida de Lechago

El pantano de Lechago recoge aguas del río Pancrudo antes de su desembocadura en el Jiloca.
'Biblioteca sumergida de Lechago'
Guillermo Mestre

El escritor Félix Romeo murió hace diez años, aunque es obvio que al igual que todos los seres queridos sigue entre nosotros en otro formato, o en todos los formatos. 

Félix sembró su entorno, que era inabarcable, de miles de ideas, chistes y ocurrencias, siempre con extraordinaria lucidez. Su mente prodigiosa, igual que su corazón, alumbraba para cada persona (o cualquier clase de entidad) una sugerencia diferente, una idea fabulosa, un consejo, un libro, una lectura, un paisaje, una polémica, una excursión, un disco, una película, incluso un horizonte vital. Uno de estos proyectos fue crear una biblioteca sumergida en el pantano de Lechago, que llevaba cien años molestando a los vecinos y nunca se hacía y al final se hizo, y en realidad no se emplea para nada porque el agua sale muy cara para regar. Así que ahora, en los diez años de presencia ausente de Félix, la Asociación de Amigos de Lechago va a hacer realidad esa biblioteca. Invitaron a cientos de amigos a enviar sus libros dedicados, el escultor José Azul ha hecho un cofre hermético y ese tesoro irá el próximo día 21 DM al fondo del embalse que así alcanzará una utilidad cultural que, como se sabe, es tan inútil como esencial. El pez es uno de los primeros símbolos de las civilizaciones conocidas. El embalse de Lechago, ya sumido en el cambio climático que nos inunda, llegará al último rincón del mundo, y la Biblioteca Sumergida será la fórmula ideal para, entre las eras de Piscis y Acuario, darnos un chapuzón de los que tanto le gustan a Félix.

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