La campaña de Biden

FILE PHOTO: U.S. President Joe Biden removes his faceJoe Biden, presidente de Estados Unidos.
'La campaña de Biden'
JONATHAN ERNST/Reuters

Ya antes de tomar posesión como presidente, Joseph Biden expresó que la vacunación acelerada sería su principal herramienta contra la covid, rompiendo así con los titubeos y las mistificaciones que la administración Trump mantuvo ante los argumentos científicos sobre la pandemia. 

Biden anunció una masiva campaña de vacunación con el fin de alcanzar la inmunidad de grupo en pocos meses. Y en un principio, esa voluntad del presidente se fue haciendo realidad y Estados Unidos estaba entre los países que más vacunas administraban a sus ciudadanos. Pero a partir de mayo, esa progresión se ha ralentizado y, en estos momentos, España, por ejemplo, ya supera a la superpotencia americana en porcentaje de población completamente vacunada, 55,3% frente a 49,7%. Si en nuestro país, y en general en la Unión Europea, lo que ha retrasado el proceso más de lo que hubiéramos querido ha sido la falta de dosis, que llegaban en algunos momentos con cuentagotas, lo curioso es que en Estados Unidos no han faltado vacunas. Lo que allí está frenando la vacunación, de manera sorprendente y dramática, es la reticencia de muchos ciudadanos a dejarse inyectar el preparado. Un absurdo que está contribuyendo –junto, como ocurre aquí, al relajamiento de las normas– a que los contagios se disparen.

La arraigada desconfianza de algunos sectores hacia el gobierno federal, la ‘tradición’ de los grupos conspiranoicos y antivacunas y la politización de la pandemia se juntan para generar un serio problema que ahora las autoridades más responsables están intentando atajar con información seria y promoción de los beneficios que, individual y colectivamente, representa la vacuna. Veremos si lo consiguen.

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