Director de HERALDO DE ARAGÓN

De críticos y naranjas

Berta Zapater (PAR) y Ramón Fuentes (Ciudadanos), al anunciar este jueves el acuerdo en la Diputación de Teruel
'De críticos y naranjas'
Javier Escriche

El movimiento tiene muy poco de premeditación y bastante de urgencia. 

Ciudadanos se ha movido para conjugar la posibilidad de su supervivencia política y los críticos del PAR para explorar la que creen que es una de las escasas vías de salvación para eludir su desaparición. Un acuerdo de conveniencia cuajado a espaldas de Arturo Aliaga y que muestra al coordinador de Ciudadanos en Aragón, Daniel Pérez, como responsable del lanzamiento de un salvavidas del que ha sido avisada la dirección nacional de su partido.

El pacto en la Diputación de Teruel entre los críticos del PAR y Ciudadanos ha desatado la tensión política en Aragón

El pacto entre una parte del PAR y Ciudadanos, escenificado en la Diputación de Teruel y presentado como una exploración conjunta para el blindaje del centro político frente a la irrupción de Teruel Existe, confirma un punto de no retorno en la formación aragonesista que sacude por impacto directo al cuatripartito que gobierna desde el Pignatelli. Si Aliaga no controla su partido pierde la condición de socio fiable del Gobierno, evidenciando una inestabilidad que puede resultar altamente contagiosa. El primer paso para la gestación del ‘Partido Aragonés de la Ciudadanía’, una coalición que Daniel Pérez no descarta, ha sido la presentación de los contrayentes pese al criterio contrario del cabeza de familia del PAR. Se desconoce si habrá alumbramiento pero, por el momento, han logrado preocupar a un PSOE que ha descubierto un nuevo signo de inestabilidad que amenaza con extenderse por la Comunidad. La política aragonesa ha sufrido una inesperada sacudida que coloca nuevamente en el centro del tablero a la pieza más ansiada por los dos bloques ideológicos. El PAR, o lo que aún queda de este partido, se muestra fragmentado pero con peso suficiente como para dar o quitar mayorías parlamentarias. Se inquieta el PSOE y se frota las manos en silencio el PP, que sabe de las muchas ganancias que arrastra un movimiento que Ciudadanos lleva meses persiguiendo para evitar caerse del mapa político.

El pacto con los rebeldes del PAR pone en valor a los naranjas, que también han advertido de la necesidad de un cambio de rumbo en su política de oposición. Superada la etapa más cruda de la covid, se da por finalizado el apoyo explícito que venían prestando a Javier Lambán. La ruptura en la Diputación de Teruel carecería de credibilidad si Ciudadanos mantuviera su entendimiento con Lambán. La excusa, convertida en punto de inflexión, descansa en la postura adoptada por el presidente aragonés respecto a los indultos concedidos por Pedro Sánchez a los presos del ‘procés’. Se descubre un antes y un después y un endurecimiento que pretende romper con la visión acomodada de la política aragonesa que concede el cuatripartito.

El acuerdo confirma la fractura que sufren los aragonesistas y amenaza el actual ‘statu quo’ existente en varias instituciones

Sintiéndose protagonista, Ciudadanos insiste en que no tiene la menor intención de corromper la estabilidad que existe en la Diputación de Teruel o en el Ayuntamiento de Alcañiz (la experiencia murciana es un grado), aunque descubre el placer de una golosina de la que esta legislatura le había privado. Arrastrar o seducir a todo el PAR hacia un pacto con los naranjas será el objetivo de Pérez en los próximos meses. Coalición, pacto o reclamo conjunto, tampoco importa la fórmula mientras las disputas por el centro ideológico queden resultas entre los dos partidos antes de que se convoquen las próximas elecciones.

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