Redactor de HERALDO DE ARAGÓN en la sección de Deportes

Atletas ‘cudeiros’

Saltos de trampolín para buscar plaza en las Olimpiadas de Tokio.
Atletas 'cudeiros'
EFE/Reuters

Ni okonomiyaki, ni sushi, ni yakitori. 

Que se olviden los atletas de los Juegos de Tokio que no van a poder degustar las delicias japonesas en ningún restaurante local. Tampoco podrán hacerse la foto en el famoso cruce de Shibuya ni perderse por los parques y bosques encantados para buscar otakus o toparse con la niña diabólica de ‘The Ring’. Resulta que los deportistas tienen prohibido salir de la villa olímpica en todo momento. La covid sigue imponiendo su ley y se les ha vetado hacer vida o tener cualquier tipo contacto con la población autóctona. Entiendo que con la pandemia tengan que asumirse un montón de restricciones, pero da mucha pena tener delante un archipiélago de 6.852 islas y no poder salir del hotel.

La semana pasada se presentaron las bondades del nuevo ‘barrio burbuja’ de apartamentos que habitarán los deportistas –insistieron– con el "ocio limitado". Tendrán toda la tecnología que quieran a su alcance, pero no podrán salir de la jaula de oro porque, incluso, se les prohíbe coger transporte público cuando se desplacen a los centros de competición. Hay cárceles del ISIS más amables que la villa olímpica nipona...

Pese a todo, estoy seguro de que más de un joven atleta burlará la seguridad del recinto y tratará de salir del ‘Laberinto del chinotauro’. Sorteará las ‘zamburguesas’ y ascenderá hacia el castillo de Takeshi Kitano porque más allá de récords y marcas, la experiencia olímpica también pasa confraternizar y bailar el ‘All my lovin’ mientras por megafonía Constantino Romero advierte aquello de ‘¡Atletas, bajen del escenario!’.

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