España, aula infantil

Pedro Sánchez preside la reunión del comité técnico de seguimiento de la pandemia este sábado.
'España, aula infantil'
Borja Puig

Con la previsible aproximación al final de la pandemia de covid-19, se rompe también un estado de las cosas, un hacer política, que al Gobierno central y a algunos autonómicos les está costando aceptar. 

En pandemia, los Ejecutivos entendieron que tenían que explicar al ciudadano las medidas antes que obligarle a aplicarlas porque sí, y de ahí se pasó a un didactismo casi infantil muy acomodaticio para algunos. Que nos traten como a niños y niñas ha transmutado en que no nos pongan horizontes para ir dándonos las galletitas paso a paso, y claro, a ese futuro incierto de recuperación de la vida ‘normal’ se le ha instaurado cierta lógica desesperación. Pero es que a esa incertidumbre se le añade la falta de certezas sobre hasta qué punto necesitamos un tipo u otro de medidas para contener la pandemia. Buen ejemplo de ello ha sido el reciente circo de las limitaciones a los bares y las discotecas, donde a los españoles se nos dijo en apenas unos días que la clave era cerrarlo todo pronto y, poco después, que lo mejor era abrirlo según cada comunidad lo considerara. En medio, por supuesto, quedaban las ansias de socializar y sobre todo, el miedo de los 1,7 millones de trabajadores de la hostelería que tiene España. Y tan cierto es que los bares en interiores son una zona de alto riesgo de contagio covid, como que esa circunstancia no impide hacer una planificación de la viabilidad de este sector clave con más acuerdo, valentía y realismo.

Pero esta infantilización no termina ahí. Tenemos honrosos capítulos pendientes como la retirada de las mascarillas obligatorias al aire libre o la apertura de las agendas de vacunación fuera de los tramos de edad. Cambios sustanciales en la vida diaria cuyos plazos habría que empezar a anunciar ya, sean más o menos lejanos, en lugar de convertirlos en un arma para hacer campaña política, calibrando cuándo anunciarlos para que los gobernantes parezcan más amigables o responsables con la salud. Ámbito con el que han jugado en todos estos meses para destacar su adhesión a una forma de ver el mundo, que, por cierto, no coincidía por exceso o defecto con la de la mayoría. Si algunas medidas higiénicas sobrevivirán a la pandemia, otras como este aula infantil donde parece que estamos los ciudadanos, debería desaparecer para siempre.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión