Un millón de pinchazos
Al final de esta semana o en los primeros días de la que viene, la mitad de los aragoneses habrá recibido al menos una dosis de alguna vacuna contra la covid y tendrá, por tanto, un cierto grado de inmunidad.
Habría que sumar un número indeterminado de inmunizados por haber pasado la enfermedad. Los que han recibido una pauta completa superan ya la cuarta parte de la población. En total se han inyectado en Aragón casi un millón de viales. Las cifras para el conjunto de España son proporcionalmente algo menores, pero están en línea con las de los países occidentales de la UE. Para lo que eran nuestros deseos y para las expectativas que crearon al principio del proceso la Comisión Europea y el Gobierno central, la vacunación ha avanzado con demasiada lentitud. Pero si tenemos en cuenta el desafío que supone fabricar, distribuir y suministrar en tan enorme cantidad un medicamento enteramente nuevo, hay que reconocer que las cosas no se han hecho mal. Al mismo tiempo, la quinta ola del virus, previsible después de la Semana Santa y del levantamiento del estado de alarma, no se ha materializado o ha sido muy leve, y la incidencia de la covid, en Aragón y en España, no deja de bajar desde hace semanas, aunque lentamente. Las restricciones preventivas se han ido aflojando y las autoridades ya están pensando en cuándo nos permitirán salir a la calle sin mascarilla, que será sin duda un momento liberador. A la vez, se abren las fronteras al turismo y las perspectivas para el sector durante este verano, sin ser buenas, mejoran notablemente lo vivido el año pasado. En fin, que parece que estamos ya superando lo peor. Ojalá que sea así y que en los próximos meses podamos empezar a olvidarnos de esta pesadilla.