¿Salimos o nos quedamos quietos?
El Gobierno ha anunciado por boca de varios ministros y del mismo presidente que el día 9 de mayo cesará el estado de alarma.
Y que no hay marcha atrás. Eso significa, a simple vista, que nos podremos mover con libertad y sin toque de queda. Pero ¿y si hay muchos contagios?, nos hemos preguntado todos. Pues serán las Comunidades Autónomas las que tengan que poner medios. ¿Cuáles? Eso es lo que no está claro.
En el caso de Aragón, el Gobierno de Lambán sostiene que ellos podrán confinar poblaciones, incluso provincias, no así la comunidad autónoma. Lo que no podrán poner es toque de queda, pero sí límites a los aforos.
Ante este panorama, las líneas aéreas y las de trenes han lanzado unas ofertas que si haces cuentas casi te pagan por viajar. Visto lo visto, los hoteles quieren soñar y se debaten en un sí pero no a la hora de abrir sus puertas, levantar ertes y llenar las neveras porque no saben qué va a pasar en su comunidad y menos en la de al lado.
Los ciudadanos asistimos a estos anuncios con una mezcla de esperanza y escepticismo.
Una es ingenua y piensa en que si levantan el estado de alarma será porque nos podemos mover con ciertas garantías. Pero la experiencia, que ya pesa, recuerda que en cuanto nos movemos y nos relajamos se lía parda. Así que olisqueamos las ofertas, miramos el ya polvoriento bañador y apuramos la noche con una última caña a las nueve y media. Y mientras, seguimos fantaseando con ese día en que se levante el miedo.
