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  • EDITORIAL

Convocados al esfuerzo y a la esperanza

Una imagen de San Jorge en la iglesia de Santa Isabel de Zaragoza.
Una imagen de San Jorge en la iglesia de Santa Isabel de Zaragoza.
José Miguel Marco

Aunque el Día de Aragón vuelve a celebrarse bajo las condiciones impuestas por la pandemia, la vacunación, a pesar de las dificultades con las que se desarrolla, permite hoy mirar al futuro inmediato con más confianza

La atención y el esfuerzo de la sociedad aragonesa deben ir centrándose en la recuperación y reconversión de la economía y en la respuesta a los retos que tenemos pendientes.

Organizar adecuadamente la vacunación y una nueva desescalada, graduando con acierto las medidas de prevención, ha de ser todavía una de las preocupaciones fundamentales. Pero al mismo tiempo, hay que estar pendientes cada vez más de las cuestiones económicas, asegurando que la salida de la crisis se produzca con rapidez.

Hay que ser conscientes de que los desafíos a los que se enfrenta la estructura económica de la Comunidad no son solo los de la recuperación tras los efectos devastadores que la pandemia ha provocado en muchos sectores. Estamos ya inmersos en un proceso de transformación de gran alcance en el que Aragón no puede quedarse atrás. La digitalización, la transición ecológica, la necesidad de reforzar los servicios públicos, los cambios en la globalización, el poder de la investigación, las nuevas tendencias del consumo, toda una serie de evoluciones sociales y económicas abren oportunidades para el desarrollo y la prosperidad que hay que aprovechar.

Aragón tiene condiciones y ventajas comparativas que debe poner en juego. Una de ellas, es la estabilidad y la predisposición al pacto tanto en la esfera política como en la social. La encuesta electoral que hoy publica HERALDO, en la que destaca la debacle de Ciudadanos y un reforzamiento de las formaciones del antiguo bipartidismo, indica que en el futuro seguirán siendo necesarios los acuerdos y las coaliciones. Si se hacen bien las cosas, sin renunciar a las diferencias pero con la intención puesta en el bien común, la diversidad política puede ser una fortaleza que ayude en tareas clave como conseguir una financiación autonómica adaptada a la realidad aragonesa, impulsar las inversiones que el Estado tiene pendientes en nuestro territorio o promover medidas contra la despoblación del medio rural.

Aragón dejará hoy testimonio de la solidaridad de todos con las personas mayores, que han sufrido con especial intensidad el trauma de la pandemia, entregando la medalla de las Cortes a Emilia Nájera, la primera vacunada en una residencia. Y reconocerá con su máximo galardón el talento de la escritora Irene Vallejo. Solidaridad y cultura son un buen resumen de los valores que enmarcan las aspiraciones y la convivencia de los aragoneses, que hoy, en la festividad de san Jorge, deben sentirse convocados al esfuerzo y a la esperanza.

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