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  • Heraldo de Aragón

Cartas al director de HERALDO:
'El estrés de la covid'

Family in a city. Person in a mask. Coronavirus theme.
'El estrés de la covid'
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El estrés de la covid

Impresiona ver todo el avance científico que, en menos de un año, ha logrado desarrollar una vacunación para la covid. El ciudadano de a pie, acostumbrado a la inmediatez del Whatsapp, de las noticias en tiempo real y a las nuevas tecnologías, no siente extrañeza por tener varios tipos de vacunas para enfrentarse a la nueva enfermedad. La magia de la inmediatez se ve emborronada por las manipulaciones mediáticas, el caos organizativo, los recursos malgastados y las patologías que todos sufrimos consciente o inconscientemente desde hace mucho más de un año. Es obvia la preocupación actual por la salud, centrada en lograr la ansiada inmunidad. Pero... ¿qué nos estamos dejando por el camino? Invisibilizamos aquello que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir: la humanización de la enfermedad de cualquier tipo y especialmente de las patologías mentales. Viviendo deprisa, con mentes ocupadas en el diario bombardeo de noticias opuestas, no tenemos tiempo para ‘ver’ el estrés, la ansiedad, el agobio, la falta de tiempo, la ausencia de conversaciones liberadoras o el increíble daño que estamos sufriendo por falta de cercanía física con el prójimo. Ese abrazo que no damos, esa mano que no estrechamos y esa caricia, retenida porque se salta la distancia interpersonal ha sido, de siempre, el equivalente a una aspirina, un ansiolítico o una visita al psicólogo. Por no mencionar el daño generado a los niños y jóvenes. Me atrevería a decir que tan necesaria como una vacuna de confianza y una gestión ágil y eficaz de la misma, necesitaríamos volver a hablar con el vecino, la compañera, el amigo, y a preguntar sin temor un ¿qué tal estás?, ese ¿qué tal? que nos da miedo pronunciar porque la respuesta que nos pueden dar es: yo estoy mal, ¿y tú? Y para eso todavía no nos han vacunado..

María García González. Fuentes de Ebro (Zaragoza)

Madrid y el localismo

Afirma una catedrática en un artículo que se escribe demasiado sobre Madrid, debido a que "con la preponderancia de la economía financiera sobre la productiva (sic)… las fuerzas recentralizadoras son las claras vencedoras". Vaya, la aviesa recentralización, de nuevo. Descentralizar es progresista e irreversible, volver a coordinar lo que ha demostrado ser ineficiente está mal visto. Alguno pensará que esto es una simple muestra del localismo que siempre ha convivido con las tendencias universalistas. En el fondo, subyace la idea que expresó Artur Mas: "El Estado central es antipático". Pero en realidad todo esto se debe a algo más inquietante: la creación de élites políticas y económicas locales por el Estado autonómico ha cambiado las relaciones de poder. Si la DGA es quien tiene los dineros, ¿quién va a morder la mano que le da de comer? Universidades, asociaciones, instituciones, organismos de todo tipo dependen de los presupuestos autonómicos. Pues no extraña que, ahora, Madrid "ningunee al resto del país" y sea una "hoguera de las vanidades". No sorprende que estos recelos se alienten desde cargos públicos. Lo que alarma es que mientras muchos europeos culpan a Madrid y a Bruselas y nos perdemos en resquemores, quien domine el mundo sean potencias como Estados Unidos y China, con más cohesión y menos agravios territoriales. En nuestra decadencia, dependeremos de ellos para las vacunas, la cura del cáncer, la tecnología energética, la inteligencia artificial… todo lo relevante para el siglo XXI; pero, eso sí, estaremos muy contentos en nuestro pueblo.

Miguel Ángel Martínez Estremera. ZARAGOZA

El ‘cierre’ del Moncayo

Podemos estar más o menos de acuerdo con las medidas adoptadas por nuestros dirigentes para frenar la expansión de la covid, pero cuando son un sinsentido empiezas a pensar o que te toman el pelo o que algunos de los que toman decisiones no están capacitados. Y digo esto porque, hace unos días, al llegar al Parque Natural del Moncayo desde Zaragoza, me encontré con la desagradable sorpresa de que no se puede acceder a este paraje maravilloso porque Tarazona (situada a 26 km de distancia y sin lindes directos con el Parque) está cerrada perimetralmente. Con lo cual no pueden acceder al Moncayo ni los turiasonenses, porque no pueden salir de su ciudad (supondría incumplir su confinamiento), ni todo aquel visitante que lo desease (y que son una parte muy importante del motor económico de la comarca). Supongo que después de pertrechar este sinsentido, que privará de clientes a los restaurantes, casas rurales, etc., de los pueblos que sí lindan con el Parque (y que no están confinados), las ‘autoridades pertinentes’ saldrán a la palestra exigiendo ayudas a los sectores perjudicados por la pandemia. Pues eso, como en el colegio cuando el profesor castigaba a todos los alumnos por la travesura de uno de ellos…

José Gabriel Ballestero Ferrer. CUARTE DE HUERVA (ZARAGOZA)

Combatir la segregación escolar

Ha comenzado un nuevo proceso de escolarización y la segregación escolar sigue sin encararse. Por segregación escolar se entiende la distribución desigual del alumnado de unas determinadas características en un territorio. La composición desequilibrada de algunos colegios los hace poco deseados por muchas familias y ese desequilibrio se agudiza año tras año. La segregación escolar hace al sistema educativo más ineficiente, más caro y con peores resultados. En Zaragoza hay barrios con una población emigrante entre un 20% y 30% donde hay colegios del 50% al 100% de ese tipo de alumnado. Ello se debe a la percepción que tiene la población de la calidad de la escuela, más que a la calidad en sí. Las familias suelen ponderar la composición social de los centros y eligen mezclarse con los suyos. Y así la polarización se va extremando. Si se ponen límites geográficos para elegir colegio, la segregación escolar reproduce la urbana; si se establece zona única, siempre hay capas sociales más proclives a la movilidad y otras que prefieren lo próximo. Total que siempre que haya más libertad de opción, paradójicamente, se tiende a aumentar la discriminación. Cuando familias de clase mediana que conviven con otras de origen inmigrante deciden escolarizar a sus hijos fuera del barrio, se pierde una oportunidad de cohesión social. Combatir la segregación no supone grandes inversiones, sino medidas de carácter organizativo y técnico. Se suelen dedicar grandes esfuerzos en apoyar a los centros con más necesidades, en vez de plantear la escolarización equilibrada de los diferentes tipos de alumnos. Combatir la separación escolar supone ventajas: mejora del rendimiento académico, ahorro económico, cohesión social o el valor de la diversidad. Si no se afronta este tema, más pronto que tarde veremos las consecuencias.

José Antonio Santamaría Loriente. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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