Leer atentamente el prospecto

Lea atentamente el prospecto y consulte a su médico en caso de duda", decía, como una ráfaga, la voz que cerraba los anuncios de medicamentos en televisión. 

Solo los hipocondriacos y los aprensivos leían las instrucciones. Muchas veces, encontraban un motivo para dejar de tomar la medicina que les habían recomendado. Los demás, nos medicábamos obediente y confiadamente.

Pero eso era antes de la pandemia. Ahora los prospectos tienen una importancia capital en nuestra vida. Hablamos del infinitésimo porcentaje de trombos que pueden provocar ciertas vacunas contra la Covid mientras de la mesa de al lado llega el humo del tabaco, que los causa en una proporción enormemente superior.

Leer atentamente los prospectos no despeja la incertidumbre en que estamos sumidos en lo que creemos que puede ser la recta final de la pandemia. El Gobierno va a dejarnos sin receta para el final del estado de alarma. Si lo que anuncia Pedro Sánchez se cumple, pasaremos del cero al infinito, es decir, de un toque de queda regulado por la Constitución a una barra libre de horarios y movilidad que aboca a las comunidades a dejar cada restricción en manos de los jueces.

No se entiende que un cambio tan drástico se produzca de un día para otro, sin que se haya reunido la Conferencia de Presidentes, tal como anunció Sánchez, sin que se hayan doblegado las curvas de contagios y de ingresos. La debilidad parlamentaria y las elecciones en Madrid son un telón de fondo, no una eximente.