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Cartas al director de HERALDO: 'La velocidad en la avenida de la Ilustración'

Problemas con los árboles en Montecanal
''La velocidad en la avenida de la Ilustración'
L. M.

La velocidad en la avenida de la Ilustración

El Ayuntamiento de Zaragoza, en determinadas calles, ha pintado en el suelo una limitación de velocidad a 30 km/h con figuras de bicicletas y patinetes. Pero ha tenido la ocurrencia, en una larga y no conflictiva avenida como es la de la Ilustración, que mide 13.698 metros, de limitar también la velocidad en el carril de la izquierda, convirtiéndola en un autentico suplicio para la circulación, puesto que tienes que ir más pendiente del cuentakilómetros que de la propia calzada. Sobre todo en la zona que está cuesta abajo, que tienes que ir pisando el freno, y que es donde con intención recaudatoria se suelen colocar los radares. Muchos vecinos no entienden esta forma de actuar y consideran que al menos el carril de la izquierda debería mantener su limite a 50 km/h, salvo en las rotondas, que ya estaban limitadas; tampoco entienden que la calle Tomás Anzánigo y su paralela se hayan reducido a solo un carril y señalizado zona de aparcamiento de mitad de la calle a la izquierda y la otra mitad a la derecha, que obliga a los conductores a realizar eses y provoca el peligro de que, al abrir la puerta del conductor, puede impactar con otros vehículos. No era necesaria esta actuación tan drástica, que confiamos sea revocada, puesto que ese es el sentir general en una zona donde el señor alcalde ha obtenido unos buenos resultados electorales, que lógicamente deben de ser correspondidos. Invito a los responsables de esta actuación a que recorran en coche la avenida. También comprobarán que bicicletas y patinetes siguen circulando por las aceras, e incluso en la zona de desnivel es habitual ver a las bicicletas circulando a gran velocidad por el carril izquierdo, adelantando al autobús. Se han impuesto multas por circular a 46 km/h y este sinsentido solo consigue recaudar y cabrear a los vecinos.

Francisco Javier Lázaro. ZARAGOZA

La herencia del paisaje

No llegué a conocer a mi bisabuelo Ildefonso, abuelo de mi madre, pero sus historias son la columna vertebral de mi familia. Una de las historias que más me emociona es de cuando iba a comprar ganado a la feria de Cedrillas. Eran otros tiempos, los camiones de mercancías todavía tardarían en llegar, y mi bisabuelo quería comprar un rebaño entero de ovejas. Cogía su bicicleta y bajaba desde Blancas a coger el tren a Monreal. Desde ahí, iba a Teruel, bajaba su bicicleta a las orillas del Turia y emprendía la subida a Cedrillas. Hay 33 kilómetros, pero el principal escollo no es la distancia, es la altura. El puerto del Cabigordo nos espera en lo alto tras carreteras sinuosas, que ahora en el coche son fáciles de salvar. Pero Ildefonso subía con la fuerza de su corazón, con el movimiento de sus piernas. Imagino que muchas veces se cansaría, que le faltaría el aliento. Imagino su mirada fija en la siguiente curva. Rapaces sobrevolándole, buitres esperando su desfallecimiento. Entonces llegaría arriba. Mi bisabuelo bajaría de la bicicleta, estiraría sus dolientes piernas y tomaría un respiro sobre los rocosos 1.600 metros. Palomera y San Ginés saludándole a la misma altura. Y todo Teruel a sus pies. Ese era su premio. Después le quedaban aún días hasta regresar a esa paramera que se vislumbraba a lo lejos. Comprar las ovejas en Cedrillas y volver por el Alfambra, atravesar el Campo de Visiedo y entonces, ya sí, pisar el Jiloca de nuevo. Cada vez que emprendo ese recorrido reconozco en ese paisaje a mi bisabuelo. Y pienso en esa herencia intangible que me dejó en forma de recuerdo. Pienso en ese tejido indisoluble que ata paisaje con emoción y en cómo este relato configura nuestras identidades. Cuando ascendía el Cabigordo, mi bisabuelo también lo conquistaba. Era suyo. Igual que de los que pastoreaban en sus cimas. Igual que de todos los que se han emocionado viendo Teruel a sus pies. Ahora, si todo continúa según lo establecido, ese paisaje pasará a ser propiedad de una empresa. No será más que de ellos. Y lo que nos quedará a nosotros, a los que vendrán, será el recuerdo de un paisaje. Estamos a tiempo de pararlo.

Vega Latorre Fuertes. Plataforma a favor de los Paisajes de Teruel

Ejemplo y orgullo

Quiero agradecer públicamente a todos los agentes de la Policía Nacional de Zaragoza el servicio que prestan. Siempre que les necesitamos mi marido o yo, que ya somos mayores, nos sentimos muy protegidos y muy bien atendidos por todos ellos. Son de gran ayuda en labores tanto policiales como sociales, acuden rápido, prestan ayuda y no se van hasta que están seguros de que no necesitamos más de ellos. Son ejemplo y orgullo. Muchas gracias a todos.

Ángeles Ferrer. ZARAGOZA

Una placa en el centro cívico

Se cumplen nueve meses del fallecimiento de Manuel Ángel Ortiz Sánchez, trabajador incesante de los intereses y derechos vecinales de Zaragoza. Por ese propósito fue nombrado en el año 2016 hijo adoptivo de la ciudad y a partir de ahora una placa en el Centro Cívico Universidad, por el que tanto luchó, llevará su nombre. Sé que mucha gente que pase cerca de esa placa no sabrá qué persona había detrás de ese nombre, pero yo siempre sabré el cómo y el porqué de la constancia y el civismo de mi padre. Desde aquí, mi agradecimiento y mi aplauso.

Jorge Ortiz Robla. CATARROJA (VALENCIA)

A vueltas con la vacuna

En mi experiencia de la vacunación de la covid-19 en Zaragoza he sacado las siguientes enseñanzas. Me citaron en el Inocencio Jiménez por mi edad, y por ser funcionario. Posteriormente, mi mujer pide cita por internet y le dan para que vaya a Torrero, cuando le corresponde Rebolería. A su reclamación responden que era por unas dosis de Astra Zeneca que les sobraban, pero opta por Rebolería. De ello deduzco que, tal como prometió el Dr. Sánchez, 300.000 pacientes serían vacunados cada mes, no dependiendo esto de él, sino de las comunidades autónomas; y como muy bien le corrige el Dr. Simón, paisano nuestro, gracias a las matemáticas y a las comunidades autónomas, en junio podría haber una inmunización de casi un 70%, sin tener que llegar al mes de agosto. Esto si es posible con el sencillo montaje de la Dra. Sira Repollés en Rebolería. Pero a los tres doctores (en castellano inclusivo) mencionados solo les falta una condición, que no depende de ellos sino de las farmacéuticas, entidades que están funcionado de manera excelente en la investigación, pero en la comercialización padecen deficiencias estructurales para aportar las dosis de vacunas indispensables para la inmunización global. Aquí vendría bien. como zaragozano, una petición de colaboración de nuestra Virgen del Pilar. Si la hacen conmigo el Dr. Simón y la Dra. Repollés, seríamos mayoría de zaragozanos, y Ella no nos va a defraudar.

Ángel García Bea. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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