Por
  • José María Serrano

Los olvidados

La Universidad de Zaragoza inicia el curso curso 2020-2021, en la imagen la facultad de Medicina
'Los olvidados'
Guillermo Mestre

Aunque lo parezca por el título esta columna no va de cine. 

No se refiere a esa película dura y magnífica de la etapa mejicana de Luis Buñuel que habla de mozalbetes marginados en los suburbios de la capital. Pero el título es tan expresivo que no necesita aclaración, así que no he podido resistirme a tomarlo prestado. En realidad, va de vacunas, un tema de moda.

Seguro que hay muchos colectivos olvidados, no me cabe duda, y todos tendrán sus razones. Más allá de la obviedad de vacunar cuanto antes a sanitarios y valetudinarios, pueden empezar los debates sobre prioridades. Pero es que, en mi caso, como en el de mis compañeros, se nos ha creado un problema de identidad. Cuando escuché hace algún tiempo que la docencia era un servicio esencial, me gustó como reconocimiento, me pareció que las autoridades españolas de repente se habían civilizado mucho y empezaban a valorar la enseñanza, el saber. Así que cuál no sería mi sorpresa al conocer que a la Universidad no se le consideraba en la categoría de "colectivo con una función esencial para la sociedad". Será que en la Universidad no se hace docencia, pero entonces ¿qué somos nosotros? ¿O quizá el servicio esencial no es la docencia, sino permitir que los padres aparquen cada día a los niños pequeños, contando con que los jovencitos universitarios se apañan solos? Me parece que no hay nada de esa civilización repentina de nuestros políticos, con la que soñaba.

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