Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

La hora de la verdad

Vacunación en la parroquia de La Almudena, en la calle de Escoriaza y Fabro.
'La hora de la verdad'
F. Jiménez

El secreto del éxito en las carreras de atletismo depende del tipo de prueba: en los 100 metros es fundamental la técnica de salida y la explosividad, en los 200 metros es imperativo no perder velocidad en la curva, en los 400 metros hay que añadir el mantener la aceleración hasta el final, en los 1.500 metros es más importante la resistencia y el ritmo que la velocidad pura. 

En diciembre, la estrategia de vacunación óptima era semejante a la de una carrera de 400 metros: una salida impecable, aceleración constante y mantener el esprint hasta el final. En la UE no hemos sido capaces de hacerlo así. Por ello es necesario corregir la técnica y aplicar ahora la de las carreras de media distancia para no llegar demasiado tarde a la meta. Esta semana y las tres próximas hay que imponer un alto ritmo de vacunación y mantenerlo hasta el final.

Para Aragón, para España, para la Unión Europea, para la Humanidad entera ha llegado la hora de la verdad. Está claro que la única forma de parar la pandemia es la vacunación masiva de la población. Se trata de una emergencia planetaria, que hace que nuestra salud dependa de la de los demás. Por ello es imprescindible multiplicar la producción de viales, incluso aparcando la ley de patentes para este caso y por un tiempo limitado. Una situación excepcional exige soluciones también excepcionales; sobre todo, en este caso en el que buena parte de la investigación sobre la que se sustentan las vacunas ha sido financiada con fondos públicos.

Más adelante, la UE debe solucionar la dependencia que tiene de otros países en actividades estratégicas como la producción de material sanitario, porque estamos comprobando de primera mano que de las vacunas depende nuestra salud, nuestra economía y hasta nuestra libertad. Ahora no cabe entrar en una guerra de patentes ni de contratos. No hay tiempo. En esta carrera nos ha faltado velocidad de salida, pero hoy debemos imponernos un ritmo exigente gracias al aprovisionamiento de millones de dosis diarias. Esta es la hora de la verdad.

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