Clubhouse
Las redes sociales nacen, crecen, se reproducen y mueren a ritmo trepidante. Algunas de ellas omiten gran parte de las fases de este ciclo vital y se centran, sobre todo, en nacer. Recientemente, me invitaron a formar parte de la nueva red social de moda: Clubhouse.
El objetivo de esta aplicación móvil es comunicarse mediante la voz. Para ello, los usuarios tienen la opción de crear salas en las que iniciar una conversación abierta o pueden unirse a las ya formadas previamente y organizadas por temáticas e intereses. De esta forma, el usuario descubre clubs de lectura, salas diarias donde hablar sobre música, o incluso espacios en los que meditar. Una vez dentro, solo queda escuchar y, vencida la timidez, participar pulsando el botón de ‘levantar la mano’. Los adeptos a esta red valoran las posibilidades que brinda para conectar a las personas, democratizar el diálogo y mejorar las redes profesionales.
Actualmente, Clubhouse parte de la premisa de exclusividad: se encuentra únicamente disponible para teléfonos móviles de la marca Apple -iPhone- y solo se puede acceder por invitación de un usuario ya activo. Esta idea, ya explorada previamente por otras iniciativas, refuerza la curiosidad de los interesados en formar parte del club, a la par que su bombo mediático aumenta. Pero ¿será capaz de perdurar en el tiempo? Dependerá de cómo desarrolle su contenido y fortalezca su diferenciación; por el contrario, permanecerá como un vestigio más en las tiendas de aplicaciones móviles.