Confianza en las vacunas
España retomará la vacunación con los viales de Astra Zeneca la semana que viene. Esta es la propuesta que el Ministerio de Sanidad ha hecho a las autonomías tras conocerse que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) asegura que este fármaco es efectivo y seguro: «Sus beneficios superan a los posibles riesgos». Mientras las autoridades sanitarias siguen investigando para confirmar que efectivamente la vacuna no entraña mayores peligros, los gobernantes tienen que arbitrar una respuesta urgente a los retrasos en el proceso de vacunación. Eso es lo que la ciudadanía espera de las autoridades de sus respectivos países y también de las comunitarias.
La EMA ha concluido que el uso del fármaco de Astra Zeneca no está asociado a un incremento general del riesgo de sufrir episodios tromboembólicos. Sin embargo, el regulador no ha podido descartar todavía un posible vínculo con los casos raros detectados, los cuales «requieren una mayor investigación». Hay que despejar todas las sospechas para evitar la desconfianza de los ciudadanos, fijar una posición homogénea de todos los países europeos y evitar la comunicación confusa.
La suspensión temporal de la vacunación con viales de AstraZeneca ha supuesto un nuevo contratiempo en el programa para recuperar la actividad social y económica. El problema con los posibles efectos secundarios se suma a unos reiterados retrasos en el suministro que son responsabilidad de las farmacéuticas. La consecuencia es que las campañas de vacunación no se están desarrollándose al ritmo que en su día se anunció, y que las previsiones de haber vacunado al 70% de la población hacia finales de verano parecen difíciles de cumplir si no se aplican unos planes de choque que permitan acelerar el proceso. Los mandatarios europeos tienen que tener claro que la unión conlleva fortaleza si aporta eficacia.
