Ginés Liébana

Opinión
Presentación en la librería Cálamo de Subirana Ediciones y ‘Resucita Loto’ de Ginés Liébana
Luis Correas

Ginés Liébana ha cumplido cien años. Nació el 2 de marzo de 1921. Para quien no conozca, ni haya leído, ni visto su obra basta con decir que es un creador polifacético e incombustible. Sigue ejerciendo como dibujante, pintor, dramaturgo, poeta, escritor. Ha recibido diversos galardones entre ellos, la Medalla de Oro de Bellas Artes (2005), la declaración de Hijo Adoptivo de Córdoba (2010), la Medalla de Andalucía (2011). Destaca por ser uno de los impulsores —y motor en la trastienda— del Grupo Cántico de poesía en los años de la posguerra. Hoy es el último surrealista del s. XX, aunque, en sentido estricto, Ginés rebasa todas las etiquetas e intentos de clasificación.

Su obra destila imaginación, sensibilidad, inteligencia y, sobre todo, mucho humor e ironía. Con sus retratos, con sus ángeles y con sus palabras ha construido un universo difícilmente abarcable. Es un autor singular y excepcional. En su pintura y sus dibujos se muestra el dominio y la perfección de la técnica, para hacer con ella lo que no existe, al tiempo, que retrata lo más íntimo y esencial de la realidad. Mientras que con la palabra dibuja el mundo.

Ginés también ha dejado su estela en Aragón. En el año 2005, participó en el IV Festival Internacional de Poesía Moncayo organizado por Olifante. En 2008, el Museo de Dibujo Julio Gavín-Castillo de Larrés, dedicó una exposición a una selección de dibujos pensados para la ocasión. Como se decía en el catálogo de la exposición, "la obra de Ginés es ecléctica, historicista, hipersensible, llena de sentimientos. Evidencia un veta lírica importante, a la que se llega por caminos oníricos y surreales, en la línea de Dalí o e El Bosco. Se siente el eco del surrealismo poético. Asume en su pintura la riqueza de la tradición pictórica universal". Algo que ha permitido superar límites y tejer redes donde la creatividad se extiende.

En el año 2011, publicó ‘Resucita Loto’ con Sibirana Ediciones. Ese fue el primer libro de esta minúscula editorial que ahora cumple, a su vez, una década. Con ese texto, gracias al apoyo de Pedro Purroy, director entonces del Conservatorio Superior de Música de Aragón (CSMA), y al trabajo colectivo de quince alumnos de composición, coordinados por el profesor Agustín Charles, se estrenó el 19 de marzo de 2013 como ópera de cámara. Fue la primera de su estilo en producirse en Zaragoza en el s. XXI, cuando el CSMA estaba en la vanguardia española y europea. Otra singularidad en estos cien años de vida de Ginés.

Este creador polifacético e incombustible, que sigue ejerciendo como pintor
y escritor, ha dado un siglo de belleza y esperanza con su desapego
a la fama, su libertad y generosidad

Cien años llenos de aventuras inverosímiles y anécdotas donde la palabra fluye como argumento de la inteligencia para vencer sinsabores y derrotas. Cien años trabados como un tupido telar de relaciones y encuentros favorecidos por la generosidad de un creador que nunca se preocupó por estar bien situado. Es un portador de bohemia y vitalidad.

En mi caso, llegué a Ginés por encargo. Fue una tarde de la primavera de 1988 en Madrid. Aquellos años Julio Gavín me enviaba como recadero del Museo de Dibujo para recoger obra de diversos artistas. En el caso de Ginés, primero fue un plantón. Se olvidó de la cita. Y a la segunda, cuando sólo esperaba un cuadro, encontré mucho más de lo previsible. Un señor entonces ya mayor, de estatura media baja, con aires de sorpresa. Pelo cano, gafas y barba blanca. Con él encontré, un mundo y una manera de vivir.

Para Ginés lo importante es sentir. No quiere gastar el tiempo en explicaciones, ni abarrotar el diálogo con la erudición de bibliotecas, ni tampoco es un coleccionista de experiencias. Siempre transmite que lo fundamental está en el sentimiento y en la emoción. Invitaba e invita todavía hoy, a no parar, a no quedarse quieto. Ginés es impulso, es corazón. Como su obra, como sus poemas y sus ‘liebanadramas’. Pero también trabajo, constancia, paciencia, arte, tiempo y dedicación. Pese a que Ginés ha sido silenciado por muchos, ha conseguido el éxito más importante, el íntimo. Es un autor fuera de serie. Con las luces y sombras de su vida, ha llenado de energía a quien se ha acercado a su casa. Ha dado un siglo de belleza y esperanza con su desapego a la fama, su libertad y generosidad. 

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