Se quejaban ayer los de Podemos, vía Twitter, de que los medios de comunicación -«el poder mediático», dicen ellos- informen de manera destacada sobre los actos vandálicos que se están cometiendo desde hace varias noches en Barcelona, sobre todo, y también en Madrid y algunas otras ciudades. Dicen los podemitas que lo que pretenden los medios es que «se deje de debatir el problema raíz y nada cambie». El ‘problema raíz’, en este caso, debe de ser decidir si, como pretenden algunos, hay que permitir que un ciudadano pida públicamente el asesinato de otros ciudadanos o los injurie gravemente. Se equivocan en Podemos, porque también de eso se está hablando y debatiendo en los medios, aunque quizás las opiniones mayoritarias no sean las que a ellos les convienen.

A Pablo Iglesias le incomoda la libertad y variedad de los medios de comunicación. Lo que quisiera, además de ser vicepresidente del Gobierno, o precisamente por serlo, es hacer él mismo cada día las portadas de los periódicos. Y las páginas interiores, y hasta los pasatiempos. Así los titulares, y todo lo demás, saldrían a su gusto. Y las cosas cambiarían mucho. Para mal, claro.

Pero si a Iglesias y a los suyos les molesta dónde pone el foco el «poder mediático», a muchos españoles les indigna que desde el ‘poder ejecutivo’ no se repudien de manera drástica las acciones de los vándalos del fuego, la pedrada y el saqueo. Y ese también es un ‘problema raíz’, y bien inquietante, por más que Podemos intente salirse por la tangente.