El extesorero nacional del PP Luis Bárcenas, condenado en el caso Gürtel a 29 años de cárcel, ha remitido un escrito a la Fiscalía Anticorrupción en el que asegura que Mariano Rajoy trituró «personalmente» documentación comprometedora y denuncia presiones para que se mantuviera callado a cambio de que su mujer no ingresara en prisión. A seis días del comienzo del juicio sobre la financiación ilegal del PP, donde se sienta como principal acusado, afirma que el partido se financió ilegalmente entre 1982 y 2009 con donaciones a cambio de contratos públicos. Al Partido Popular actual, con Pablo Casado al frente, le corresponde desvincularse de las sombras de aquella etapa y enraizar en la organización interna formas de actuar que no dejen dudas sobre su compromiso con la ejemplaridad. 

El controvertido extesorero del PP ha hecho el primer movimiento de su nueva estrategia de defensa. Ahora ofrece colaboración a la Justicia para aportar información sobre la financiación irregular del partido, sobre todo en la época en que lo presidía Rajoy. Al margen de Luis Bárcenas, que ahora reconoce que ocultó información relevante, hay que dejar actuar a la Justicia con el objetivo de aclarar los hechos y de juzgarlos conforme a la ley. De cualquier modo, estas declaraciones tardías y el inminente juicio no deberían complicar la labor de oposición de Casado, porque los sucesos corresponden a la etapa anterior del partido, que terminó en mayo de 2018 con la moción de censura que perdió Rajoy.

Los escándalos de corrupción han minado la credibilidad del PP, que ha sufrido el castigo electoral en las citas con las urnas celebradas durante el último lustro. Los actuales dirigentes populares deben marcar distancia, de forma contundente, de estas malas praxis políticas y centrarse en trabajar por el país para demostrar que son una auténtica alternativa de gobierno.