Una ocasión perdida
Pedro Sánchez ha llevado a cabo una mínima y prevista remodelación en el Gobierno. Por una parte, Carolina Darias pasa a ocuparse del Ministerio de Sanidad en sustitución de Salvador Illa. Por otra, el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, es el nuevo ministro de Política Territorial y Función Pública. El presidente del Ejecutivo mueve así tres fichas dando prioridad a los intereses y compromisos de su partido antes que al interés general del país, que en este momento está en hacer frente a la presión sanitaria de la tercera ola de la pandemia (la cuarta en Aragón) y a las devastadoras consecuencias económicas que está generando.
El inquilino de la Moncloa no ha aprovechado la salida de Illa del Ministerio de Sanidad para hacer más reajustes en su gabinete con el objetivo de ganar eficiencia. Después de un año de Gobierno de coalición, en el que la pandemia ha desbaratado totalmente las previsiones del pacto alcanzado con Unidas Podemos, esta era una buena ocasión para presentar un nuevo equipo más ajustado a las imperiosas necesidades de la España del coronavirus. Simplemente ha recolocado al líder del PSC, Iceta, tras dejar paso a Illa como candidato a la Generalitat. El que fuera uno de los apoyos de Sánchez cuando se presentó a las primarias del PSOE pasa a encabezar el Ministerio de Política Territorial, que en la anterior legislatura ocupó Meritxell Batet, otra representante de la cuota del socialismo catalán. El interés partidista motiva estos relevos.
España afronta con agobio uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. En esta hora de extraordinaria gravedad, el sistema democrático al completo debería orientar con magnanimidad sus esfuerzos a la defensa del interés general, empezando por el presidente del Gobierno. Queda por descubrir qué papel desempeñará la ministra Darias.
