Por
  • Iris Orosia Campos Bandrés

Ante la intolerancia, educación

Homenaje a Ángel Sanz Briz en Hungría
Ángel Sanz Briz salvó la vida de alrededor de 5.000 judíos húngaros
Efe

Hoy, 27 de enero, se celebra el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto y Prevención de Crímenes contra la Humanidad, conmemoración que rinde tributo a todas aquellas personas que padecieron la barbarie nazi perpetrada hace menos de un siglo, pero también a las víctimas de los genocidios consumados posteriormente en otros lugares. Esta jornada nos ofrece un marco de reflexión sobre uno de los acontecimientos más oscuros de nuestra historia reciente para, desde el recuerdo, ayudarnos a prevenir y luchar contra cualquier forma de intolerancia.

Como cada año desde 2006, Naciones Unidas nos ha convocado a esta cita con la memoria haciendo énfasis en la urgencia de desarrollar una alfabetización histórica que contrarreste los efectos de la desinformación y los discursos de odio que se extienden entre la sociedad a pasos agigantados. Bajo el lema ‘Ser la luz en la oscuridad’, el Holocaust Memorial Day Trust nos llama a la acción ante la violencia simbólica ejercida continuamente desde el entorno mediático, materializada en la persecución de determinados colectivos e identidades.

El auge de ideologías intolerantes y violentas evidencia la necesidad,
ahora más que nunca, de reconocernos en nuestro pasado –incluidos
sus episodios más hostiles– para construir un futuro mejor

La educación, definida por Nelson Mandela como el arma más poderosa para cambiar el mundo, se constituye en nuestros días en el órgano maestro del camino hacia una sociedad más justa y libre. Así lo evidencian los currículos educativos europeos, fundamentados en un marco común dirigido a que todos los estados miembros garanticen el desarrollo de valores, actitudes y capacidades para la participación de las personas en una sociedad democrática acorde al Tratado de la UE y a su Carta de los Derechos Fundamentales. Sin embargo, el auge de ideologías intolerantes y violentas evidencia la necesidad, ahora más que nunca, de (re)conocernos en nuestro pasado –incluidos sus episodios más hostiles– para construir un futuro mejor.

En un día como hoy, es precisamente este el objetivo de Rolde de Estudios Aragoneses que, junto a la Asociación Amical de Mauthausen y otros campos, ha seguido desde 2010 la recomendación de Naciones Unidas, promoviendo la celebración de esta jornada. La conmemoración viene acompañada en esta ocasión de la reciente publicación de la obra colectiva ‘Justicia y dignidad. Memoria aragonesa del Holocausto’. Un libro que, en coherencia con el espíritu de nuestra asociación, aborda desde la mirada local este acontecimiento clave de la historia universal. Con un especial protagonismo de la figura del zaragozano Ángel Sanz Briz, que salvó la vida de alrededor de 5.000 judíos húngaros, esta obra, fraguada al calor del simposio internacional ‘Enseñar el Holocausto’ que tuvo lugar el pasado mes de octubre en la Universidad de Zaragoza, nos ofrece también una mirada didáctica a las iniciativas que se han impulsado desde la Amical de Mauthausen en diversos centros educativos aragoneses.

Esta tarde, en un acto simplificado debido a la situación de emergencia sanitaria, nos daremos cita una vez más en el Palacio de la Aljafería junto a la Amical y a los representantes de diferentes organizaciones vinculadas a las personas con discapacidad, la diversidad sexual y de género, el pueblo judío y el pueblo romaní. Recordaremos junto a ellos y junto al alumnado del IES Miguel Catalán a todas las víctimas de la atrocidad nazi, entre quienes se encuentra el millar de aragoneses republicanos deportados a los campos de concentración y exterminio centroeuropeos. Y subrayaremos un año más la necesidad de caminar hacia una sociedad más justa, ecuánime y solidaria; una sociedad que desde una mirada reflexiva hacia el pasado sepa construir su mejor versión en el futuro. Todo ello confiando en la educación como la luz que siga iluminando nuestro camino en estos tiempos hostiles donde, ante los discursos de odio que fundamentan ignominiosos asaltos a la democracia, sirven como refugio las palabras del ‘hombre bueno’ oscense –Ramón Acín–: "Nosotros venceremos porque nuestra fuerza será la razón y ellos no tendrán otra razón que la razón de la sinrazón que es la fuerza".

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