Prohibidas las armas nucleares

Necesitamos buenas noticias. Son muchos meses ya, mucho aislamiento y sobre todo muchos muertos los que pesan sobre nuestro decaído ánimo, personal y colectivo. Pues bien, en estos días, si levantamos la vista del virus sin desatenderlo, el mundo tiene una buena noticia que celebrar. Y es que el próximo 22 de enero entra en vigor el Tratado de Prohibición de Armas nucleares (TPAN). Hiroshima y Nagasaki mostraron que las nucleares son las armas más destructoras e inhumanas que existen. Nunca deberíamos olvidarlo. Los relatos de las escasas personas supervivientes, las llamadas ‘hibakusha’, nos lo recuerdan, cuando todavía un arsenal nuclear pende como amenaza silenciosa sobre nuestras vidas. Con capacidad para producir millones de muertos y un daño irreversible al planeta, este arsenal absorbe cantidad ingente de recursos que podrían usarse para satisfacer verdaderas necesidades humanas. En 2017, una coalición de ONG, ICAN, impulsó una campaña internacional y logró que la Asamblea General de Naciones Unidas adoptara el TPAN con la aprobación de 122 países. Por su trabajo y compromiso, el ICAN recibió ese año el Nobel de la Paz. Ahora, tras haberse conseguido que cincuenta países, como es preceptivo, ratifiquen su adhesión, el TPAN pasa a ser ley internacional: quedan prohibidos el uso, la producción y desarrollo, el ensayo, el estacionamiento y almacenamiento de las armas nucleares, así como la amenaza de su uso. Sin duda, es un gran paso para la humanidad. ¡Por fin, una alegría!