Por
  • Isabel Nerín

Viaje a Itaca

Hemos puesto en valor un sencillo apretón de manos
Hemos puesto en valor un sencillo apretón de manos
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Termina un año, empieza otro. Enero es un mes para hacer balance. Revisar los logros obtenidos y los fracasos no buscados. También es momento de nuevos propósitos, inicio de proyectos o planteamiento de metas. Da igual que el objetivo sea competir por un proyecto, llegar el primero a la meta, ganar un partido o ir a un concurso de cocina, en cualquier caso, alcanzar el éxito será lo importante. Pero, como nos sugiere ‘Itaca’, el poema de Constantino Kavafis (1863-1833), lo realmente valioso es cómo se hace el camino y las personas que te acompañan. Y, posiblemente, si el resultado no es el deseado las reflexiones sean más probables que si lo obtienes, porque es sabido que las derrotas se meditan, mientras que las victorias (solo) se celebran.

Huelga repasar lo tantas veces dicho y oído: sí, el año recién terminado ha sido un año difícil, aunque para unas personas más que para otras. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, el viaje por el 2020 deja lecciones para reflexionar. Hemos puesto en valor innumerables cosas por tener que dejar de hacerlas: un simple abrazo, un apretón de manos, o reunirnos sin cautelas alrededor de una mesa. Debemos modificar nuestra relación con la naturaleza, cuidar mejor a nuestros mayores, dedicar a la ciencia los recursos que merece… El año que se inicia es un nuevo viaje, otro Itaca al que llegar, una oportunidad para poner en práctica lo aprendido en el extraño camino recorrido a lo largo del año que termina.

Directora de la Cátedra SEMG-Estilos de Vida y Promoción de la Salud de la Universidad de Zaragoza

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