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  • Heraldo de Aragón

En la cuarta ola de la pandemia

La consejera de Sanidad, Sira Repollés, durante la rueda de prensa en la que anunció nuevas restricciones.
La consejera de Sanidad, Sira Repollés, durante la rueda de prensa en la que anunció nuevas restricciones.
Javier Cebollada / Efe

Como cabía esperar, las celebraciones del mes de diciembre han acabado teniendo un preocupante reflejo en los datos de la pandemia en Aragón. La progresión de los contagios en los últimos días del año y, sobre todo, las previsiones para las próximas semanas resultan inquietantes y han llevado al Gobierno autonómico a apretar un poco más las restricciones vigentes. Nos enfrentamos ya a una cuarta ola de la enfermedad que habrá que controlar entre todos.

La montaña rusa de la pandemia sigue en acción y estamos de nuevo en una fase de peligroso ascenso de los contagios, que muy pronto comenzará a notarse en los hospitales. Después de diez meses luchando contra el virus, los dirigentes y los ciudadanos ya sabemos de sobras que existe una dinámica probada entre la propagación de la covid y la actividad social: a más interacciones sociales, más transmisión del virus y más enfermos; cuando reducimos nuestros movimientos y contactos, entonces bajan los contagios. Por eso, ante la sucesión de festividades tradicionales en diciembre -puente de la Constitución, reuniones prenavideñas y comidas, cenas y fiestas de Navidad y Año Nuevo- quizás hubiera sido preferible ajustar previamente las normas, aunque hay que reconocer que hubiera sido muy difícil hacerlas cumplir a rajatabla. El caso es que, aun dejando de lado las actitudes claramente irresponsables, que se han producido pero no cabe generalizarlas, la mayor intensidad de los contactos en estas fechas ha acabado provocando una nueva ola, que para Aragón es la cuarta. Ahora toca otra vez extremar la prudencia, ser conscientes de que volvemos a estar en una circunstancia muy peligrosa y no solo atenerse a las medidas del Gobierno aragonés, sino practicar en todo momento la responsabilidad y el sentido común. Los efectos positivos de la vacunación aún tardarán en notarse y, mientras tanto, debemos protegernos y proteger a los demás.

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