Por
  • José María Gimeno Feliu

Nuevo rector, nueva universidad

El rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, posa en su despacho del Paraninfo.
El rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral.
Toni Galán

Desde el 10 de diciembre la Universidad de Zaragoza tiene un ‘nuevo’ rector. En ‘nuevo’ aunque sea la misma persona, pues supone un nuevo proyecto de Universidad, con nuevos objetivos y nuevos responsables, en un contexto complicado por la pandemia, pero que debe servir de palanca para la necesaria transformación de la Universidad. El proceso electoral ha servido para contrastar ideas y modelos, y este es ya un gran motivo para agradecer a todos los candidatos su generosidad.

Corresponde al nuevo rector convencer e impulsar el proyecto de universidad, que debe ser un proyecto compartido e innovador, que fomente el pensamiento en red, que sirva de plataforma abierta a todos los intereses universitarios y de la sociedad para, desde un liderazgo basado en la ejemplaridad, el diálogo y el consenso, conseguir, como reclamaba Mikel Iturbe, más universidad como "espacio de inteligencia colectiva, motor intelectual y científico de la Comunidad".

El proyecto de universidad del ‘nuevo’ rector debe estar alineado con los retos de la sociedad, con una visión proactiva de lo que debe ser una gestión universitaria moderna y comprometida con los valores esenciales de nuestro Estado social de derecho. En esta línea de futuro hay dos retos de indudable relevancia. En primer lugar, el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Los 17 objetivos, bajo el lema ‘Transformar Nuestro Mundo’ presentan un carácter integrado e indivisible, que abarca las esferas económica, social y ambiental. Agenda que propone, entre otros objetivos, el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible como algo esencial para la prosperidad. Asimismo, la Agenda aborda los factores que generan violencia, inseguridad e injusticias, como las desigualdades, la corrupción o la mala gobernanza. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no son un mero convencionalismo. Son un eje transformador de primer nivel de la gestión universitaria, con el convencimiento de que la Universidad de Zaragoza debe ser un actor relevante. ODS que impactan en el modelo de enseñanza, por supuesto, pero también de gestión pública y de orientación de líneas de investigación, innovación y transferencia.

Al ‘nuevo’ rector le corresponde ahora pasar de las ideas a la acción, con nuevo
espíritu crítico y colaborativo

El segundo de los retos se refiere a la gestión de los fondos europeos para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia. Como señala la presidenta de la Comisión Europea, "el plan de recuperación convierte el enorme desafío al que nos enfrentamos en una oportunidad, no solo mediante el apoyo a la recuperación, sino también invirtiendo en nuestro futuro". Una oportunidad para lograr una Europa ecológica, cohesionada, digital y resiliente. Y aquí la Universidad de Zaragoza tiene una oportunidad histórica para ser actor principal, sea mediante ayudas públicas o mediante contratos públicos (debiendo valorarse posibles consorcios).

La Universidad, además y como seña de identidad debe ser escuela de libertad: libertad de enseñanza y pensamiento, por supuesto, pero también de tolerancia y de respeto a la diversidad. Y también de nuevas formas de hacer política universitaria, alejada de dinámicas de ‘grupos’ y de intereses, donde los compromisos electorales son la pieza esencial sobre la que cimentar una acción de gobierno universitario moderno y donde es necesario rejuvenecer y favorecer el relevo generacional para mover con nuevas ideas y nuevo impulso a la institución.

Y superar las inercias de dinámicas de
confrontación claramente ajenas a lo que debe ser el oficio universitario

2021 es el año de un ‘nuevo’ rector y debe serlo también de una nueva Universidad de Zaragoza, dinámica, comprometida, no burocrática, que suma e integra, que impulsa y reconoce el valor de la investigación y que es transparente en la gestión y en la rendición de cuentas. Al ‘nuevo’ rector le corresponde ahora pasar de las ideas a la acción, superando las inercias de dinámicas de confrontación claramente ajenas a lo que debe ser el oficio universitario. Demos la bienvenida al ‘nuevo’ rector, al que se le entrega una antorcha brillante de ilusión que debe portar con orgullo y con la convicción de que la Universidad somos todos.

Por último, felices Navidades a todos, en la confianza de que 2021 debe ser punto de inflexión.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión