Por
  • M.ª Pilar Benítez Marco

Lengua vehicular

La Academia de la Lengua Aragonesa empieza a tomar cuerpo con la elección de sus miembros
'Lengua vehicular'
HA

Me gustaría que la polémica sobre la no mención del castellano como "lengua vehicular" en la nueva ley de Educación sirviera, al menos, para entender la importancia de ese concepto en la enseñanza de las lenguas. Hoy sabemos que la mejor forma de aprenderlas es emplearlas como medio o vehículo de comunicación. Por eso las lenguas oficiales, que se utilizan en todos los ámbitos de una sociedad (educación, administración, medios de comunicación, etc.), pueden conocerse en la escuela y también en otros contextos. En cambio, las lenguas no oficiales, usadas en un entorno local y/o privado, no tienen más espacio formal para aprenderse que el sistema educativo.

Desde el inicio, la Unión Europea asumió la riqueza multicultural de sus Estados y ha impulsado sistemas educativos multilingües. Aragón participa de estos principios europeístas y algunos centros escolares desarrollan proyectos lingüísticos en los que el castellano, los idiomas extranjeros (a menudo, francés e inglés) y, desde hace casi dos décadas, las lenguas propias (aragonés o catalán) conviven con normalidad como lenguas vehiculares de otras materias. No en vano la escritora Toni Morrison, en su discurso de aceptación del Premio Nobel, decía que la moraleja habitual de la Torre de Babel es que una sola lengua monolítica habría permitido acelerar su construcción y alcanzar el cielo, pero piensa que esa conquista del paraíso hubiese sido prematura, si nadie podía entender otras lenguas, otros puntos de vista, otros relatos. 

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