Los expertos que nunca existieron

Salvador Illa y Fernando Simón
Salvador Illa y Fernando Simón
Efe

Que las cosas se hacían según el criterio de los expertos ha sido uno de los grandes mantras de la pandemia. El Gobierno se refería a ellos, "los expertos", como si se tratara de un bloque monolítico, una especie de ejército robotizado de sabios que no emitía ni una opinión discordante.

Resultaba muy extraño que la radio, la televisión y los periódicos se fueran llenando de científicos, médicos e investigadores de diversas disciplinas, todos con su nombre y apellidos, exponiendo sus opiniones divergentes y sus consejos, sus temores y sus predicciones. El Gobierno, sin embargo, los tenía encerrados a cal y canto. No vimos su cara ni supimos sus nombres. Pero su mención servía para zanjar cualquier pregunta incómoda. ¿Que había un patinazo? Eran los expertos. ¿Que Madrid se quejaba por permanecer en fase cero contra el criterio de sus técnicos? Simón se encogía de hombros: era cosa de los expertos.

Los periodistas pidieron sus nombres, pero no tuvieron éxito. Y ha sido un abogado el que ha logrado que el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno obligue al Gobierno a sacar de las sombras a esos expertos invisibles. El Ministerio se niega a dar sus nombres alegando que son técnicos y que podrían sufrir presión social. Es de suponer que serán expertos en la materia pandémica. Y que no necesitan guardarse como testigos protegidos. El Consejo de Transparencia ha sido muy claro: los nombres de los aludidos por Fernando Simón deben comunicarse. La negativa le sitúa en un callejón sin salida.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión