Calibrar bien cada paso

Aunque ahora los datos claramente están mejorando, noviembre ha sido un mes muy duro en nuestra Comunidad en cuanto a la evolución de la pandemia, con momentos de una presión alarmante sobre el sistema sanitario. Y si no prima la prudencia, diciembre, con el puente y las festividades navideñas, podría preparar una nueva ola de la covid. De manera que hará bien el Gobierno de Aragón en calibrar con cuidado cada paso en el posible relajamiento de las restricciones.

Después de un rápido ascenso que alcanzó un máximo por encima de los 1.100 casos por cada cien mil habitantes a principios de noviembre, la incidencia a catorce días de la covid está ahora en cifras más moderadas -unos 350 casos- pero todavía altas. Y la presión hospitalaria, que alcanzó más de mil pacientes con 122 de ellos en ucis, aunque más lentamente, también se ha ido reduciendo, si bien los enfermos de covid ocupan todavía el 42% de las plazas en cuidados intensivos, muy lejos del límite de seguridad. Los datos indican pues que Aragón ha superado lo peor de la tercera ola de la pandemia, pero está muy lejos de tener controlada la enfermedad. 

Así las cosas, es lógico que la posible relajación de las medidas preventivas se estudie con sumo cuidado, sobre todo pensando en que tanto el puente de la Constitución como, después, las celebraciones de la Navidad podrían derivar, si se levantasen demasiado las restricciones, en un nuevo aumento de los contagios. Las previsiones de la Consejería de Sanidad indican que la mejora va a continuar, pero la experiencia advierte de que es preferible no precipitarse. Hay que sopesar bien las circunstancias y los ciudadanos tenemos que asumir que diciembre este año va a ser muy distinto de lo habitual. 

De cara al puente, también el Ayuntamiento de Zaragoza quiere tomar precauciones y prevé restringir el paso por algunas calles si se produce una excesiva afluencia a las mismas. No podemos volver a caer en la trampa de una desescalada precipitada.