Abrir caminos

Opinión
'Abrir caminos'
POL

Qué camino abre la vicepresidenta Kamala Harris? Es una pregunta que pienso que muchas mujeres de mi generación nos hacemos. A nosotras nos tocó abrir caminos, dado que sabíamos que para trascender, no solo era necesario llegar a un puesto de poder o influir en la sociedad con un cargo público, había que abrir caminos para que otras mujeres pudieran seguir nuestros pasos. Presente y futuro se dieron la mano, por eso reconocimos a las mujeres que a nosotras nos habían enseñado y abierto camino. Recuerdo con profunda emoción, entre otras acciones, cómo en el Instituto Goya, ya convertido en mixto, y con la primera directora Cristina Baselga, pusimos nombre y cara a las primeras mujeres que allí hicieron su bachiller. Esas mujeres enseñaron y abrieron unos caminos que hoy transitan con brillantez sus nietas. Se imaginan la alegría y el profundo orgullo que sentiría hoy Pilar Ballonga cuando contemplara el éxito de su nieta Irene Vallejo y cuánto nos podría contar ésta de lo que su abuela le enseñó.

Kamala Harris ha contestado a nuestra pregunta y lo ha hecho en su primer discurso a la nación como vicepresidenta electa: "Aunque pueda ser la primera mujer en ocupar este cargo, no seré la última. Porque todas las niñas pequeñas hoy están viendo que éste es un país de posibilidades". Su mensaje cuajó inmediatamente: "Mi vicepresidenta es como yo", se lee en las camisetas de niñas negras compartidas en internet por sus orgullosas madres. Se hizo realidad mi pronóstico y sentí que la democracia había vencido al desorden y no eran noticias falsas. Ella no sólo es mujer, sino mujer negra, de ascendencia india y jamaicana. Como mujer, como política, como hija de extranjeros, Harris ha roto los esquemas, marcando la historia con su nombre. Por fin el futuro lucía rosado. Ya era hora. Ella representa la valía y el trabajo frente a la herencia y la desidia. La educación y la seriedad frente a la deshonestidad y el espectáculo. El servicio público y el respeto al derecho frente a la especulación inmobiliaria y las trampas fiscales. El mundo diverso y plural frente a la minoría blanca, anglosajona y protestante que añora el imperio americano. Su vestido blanco era un reconocimiento a que formaba parte de un camino, las sufragistas que hace 100 años conquistaron el derecho al voto para las mujeres. Las blancas, al menos, porque las negras como Harris se enfrentarían a persistentes trabas en la larga lucha por los derechos civiles de Estados Unidos. Aquella histórica batalla por la igualdad unió a sus padres, inmigrantes. Sabe, por tanto, de dónde viene, quién es y qué puede llegar a ser.

Kamala Harris no ha estado sola, pues otras muchas mujeres políticas norteamericanas se han puesto manos a la obra y han conectado con un electorado amplio, nuevo y joven, que se ha movilizado para votar. Recordemos que también fueron vestidas de blanco todas las congresistas demócratas en el discurso sobre el Estado de la Unión de Trump. Una de ellas es Alexandria Ocasio-Cortez, que se convirtió con 29 años en la mujer más joven en llegar al Congreso de Estados Unidos. Latina y del Bronx, es una de las figuras del Partido Demócrata de las que más se está hablando. Ellas, entre otras políticas, defienden que se expanda el programa de salud pública a todos los ciudadanos y proponen que se elimine la agencia de control fronterizo, lo que les está permitiendo movilizar la participación en política de jóvenes que apoyan un cambio cultural y social basado en la igualdad, la sostenibilidad y la justicia. Un ejemplo de ello ha sido Stacey Abrams que en 2019 fundó la organización ‘Fair Fight 2020’. Gracias a sus esfuerzos, se han registrado 800.000 votantes nuevos en el estado de Georgia en 2020.

Proteger el derecho al voto, animar a votar, agilizar el proceso para todos: así es la democracia en acción. Construir la sociedad desde el compromiso personal, no sólo desde las estructuras políticas. La política no es únicamente responsabilidad de unos pocos, lo es de todos y en todos los ámbitos. En la mitad de una pandemia esto ha sido la democracia activa, nada pasiva y derrotada. Sus liderazgos no son femeninos, sino feministas. Ellas entienden que esta nueva forma implica otra forma de entender la autoridad, la comunicación política, la relación con la ciudadanía, y los valores que deben enarbolar nuestros representantes. 

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