Simón, los ‘chistes’ y la ejemplaridad

Fernando Simón durante su rueda de prensa
Fernando Simón durante su rueda de prensa
Efe

¿Pueden hacerse chistes casposos en tiempos de catástrofe? La respuesta es un sí. Allá cada uno con su mal gusto. Pero, ¿puede permitírselo el alto funcionario que informa cada día a los españoles sobre una pandemia que está segando decenas de miles de vidas? La respuesta es un no rotundo.

El problema es que ha sucedido. Y no hay manera fácil de responder a la pregunta de qué le pasa por la cabeza al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias para hacer chascarrillos de pésimo gusto y ninguna gracia sobre las enfermeras. Desde el inicio de la pandemia, han muerto mil quinientas enfermeras, tantas como fallecieron durante la Primera Guerra Mundial. Es evidente que están para que se les dote de medios y de apoyo, para que se les trate con respeto, no para aguantar chistes de mal gusto que perpetúan los viejos clichés sexistas del landismo. Javier Gomá, autor de ‘Tetralogía de la ejemplaridad’, lo plantea así: «¿Cómo civilizar la la empresa y la política? ¿Confiando en que sus responsables sean entes seráficos o más bien imaginando una ciudadanía ilustrada que exija del empresario y del político ciertos comportamientos?».

No se trata de la cuestionable eficacia profesional de Fernando Simón. Se trata de las infumables declaraciones públicas de un alto cargo al que la ciudadanía exige lo mínimo, que presente unas disculpas que han tardado demasiado. La ejemplaridad, concluye Gomá, no debe ser un aparato de linchamiento, sino un ideal de dignidad. Simplemente se trata de eso. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión