Desafíos tras el debate
La segunda jornada del Debate sobre el estado de la Comunidad ha servido para que la oposición dé su réplica al discurso de Javier Lambán, que el jueves abogó por el autogobierno y la unidad como respuesta a la pandemia. Luis María Beamonte ha marcado distancias sobre el quehacer de la DGA y ha asegurado que la segunda ola de la pandemia «no ha sido un rebrote, sino una mala gestión sanitaria». A pesar de todo, el presidente ha superado con comodidad la cita más relevante del calendario parlamentario. Ahora se tiene que enfrentar, con el apoyo de todos, al ascenso del número de contagios y al empeño por mejorar la economía de la región.
El líder del PP aragonés considera dramática la situación de Aragón, que la Comunidad «se desmorona» y que su presidente no tiene «recetas». A pesar de ello ha ofrecido lealtad y colaboración para alcanzar un pacto en sanidad, educación, servicios sociales y modelo económico. Ha sido la principal crítica que ha recibido Lambán en un examen en las Cortes donde ha ofrecido algún anuncio como la licitación de los colegios Soledad Puértolas, Parque Venecia y María de Huerva. Es muy valioso que se mantenga el espíritu de colaboración que siempre ha presido la política en Aragón.
La realidad sanitaria y económica va a ser más complicada de gestionar para el inquilino del Pignatelli que la parlamentaria. Los sectores más afectados por las restricciones a la movilidad que se han impuesto, especialmente la hostelería y el comercio, siguen esperando, con un intenso malestar, que se detalle el plan de ayuda que Lambán ha prometido para la próxima semana. También esperan respuestas concretas el personal sanitario y el de las residencias. La situación sigue empeorando día a día y los médicos advierten que resulta imperativo apuntalar el sistema de salud. No podemos cometer los mismos errores que en la oleada anterior.
